Por: Dra. Mariela González López
Estas personas que están formándose para desarrollarse integralmente, para un mundo con incertidumbre continua y de aprendizaje. Cabe señalarse en varios medios de comunicación la carencia en la que viven miles de personas, en la que no pueden mantener a sus hijos e hijas. ¿Esta prioridad quien la compone, y a quien le corresponde atender? Sin embargo, los derechos de ellos en la escuela, son puntuales en la ley general de los derechos de las niñas, niños y adolescentes y en la ley general de educación y en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
Esta preocupación que se vive también en las escuelas de educación básica son desde las necesidades básicas de estos pequeños: el amor, la salud física, psicológica, seguridad, relaciones sociales, autoestima, reconocimiento, los sueños, tal como lo menciona Maslow. Las áreas de oportunidad se acrecentan, todas las escuelas están trabajando en ellas. Pero surgen cuestionamientos ¿Dónde van a parar todas estas áreas en los hogares de todos ellos, dónde estarán todos estos humanos en 10 años que dependen de un adulto? ¿Cuántas problemáticas se desencadenarán a lo largo de estos años?
Por otra parte los problemas cognitivos que se están presentando en estos últimos años, un rezago educativo en la que se necesita estar presentes con cada uno de estos estudiantes. La necesidad de los padres es más necesaria que un docente al lado de estos niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, la presencia de estos es invisible en los hogares.
Por último es importante señalar que los docentes hacen mucho acorde a los diagnósticos diseñados y aplicados en cada inicio de ciclo escolar. Por ende, ellos no podrán subsanar las necesidades que tienen los niños, niñas y adolescentes que les compete a la familia.
Centro de Investigación en Educación Básica
www.cieb.com.mx
