Por: Profr. Gerardo Castillo Terrazas
Con imágenes como está te das cuenta que la revalorización del magisterio se quedó a medio camino. Al menos para los docentes en el estado de Chihuahua.
Actualmente alguien que trabaja de cajero (sin menospreciar su valioso trabajo) percibe mejor salario que un profesor de educación primaria o prescolar, casi lo mismo que muchos profesores de secundarias y un poco menos que alguien de Telesecundaria.
Además del tema salarial el sistema prestacional se queda corto, pues quienes laboramos en escuelas de sostenimiento estatal carecemos de créditos a la vivienda y un sistema de salud que cada vez se encuentra más hundido y con el nuestro fondo para el retiro.
Tenemos un empleo en el que de nuestro salario tenemos que comprar insumos, pagar servicios de internet y telefonía, costear los «viajes» para trámites administrativos que de no ser cumplidos serían motivo a una sanción.
Muchos laboramos en centros escolares de organización incompleta, con dos o incluso un solo docente, caso en el cual las labores se multiplica exponencialmente.
Y no, no es falta de vocación, eso sobra en la gran mayoría de nosotros, pero la vocación no paga los recibos, no la aceptan como moneda de cambio en las gasolineras y no se puede poner en la sartén.
En fin, esperemos pronto la labor del maestro sea reconocida y recompensada. No por los padres de familia que siempre nos muestran su apoyo, más bien por el sistema educativo.