Evitemos que nuestros estudiantes sufran innecesariamente por el calor

Opinión por: Omar Bazán

Ante el Pleno del Congreso propuse la reducción del ciclo escolar en planteles de la entidad, debido a las condiciones climáticas. Sobre todo durante el verano, momento en el que han rebasado los 40 centígrados y también anticipándonos al pronóstico de un verano extremo para este año.

Este nivel de calor es sufrido por nuestra infancia y más aún cuando no se cuenta con clima artificial en el aula, lo que debe atenderse partiendo de que les puede llevar a padecimientos severos o incluso la muerte.

Es de mencionar que el calendario escolar establece que el actual ciclo escolar llegará a fin en el mes de julio, sin embargo, también otras entidades se encuentran solicitando ajustes al calendario.

Sostengo, que la diferenciación de los tipos de clima, debe ser analizada por las autoridades de la Secretaría de Educación Pública para establecer protocolos que lleven a un acortamiento del ciclo, pues no es lo mismo el clima que se presenta en el centro sur del país al del norte.

Hoy enfrentamos una crisis climática que incide en el aprendizaje; afecta la calidad del aire, el acceso a agua potable, la producción de alimentos y una vivienda segura, lo que sólo aumenta el ausentismo y la deserción.

Pareciera que el gobierno federal, cree que el cambio climático sólo afecta ciertas áreas geográficas lejanas, pero Panmao Zhai, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) dijo a la ONU que “el cambio climático está afectando cada rincón del planeta de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con el incremento del calentamiento”.

En días recientes la autoridad educativa estatal recibió un no como respuesta a la petición de padres de familia que impulsan el acortamiento del ciclo, pero no debemos aflojar a las gestiones.

A pesar de esta negativa, tenemos confianza en que el Estado tome las medidas prudentes para que docentes, estudiantes y personal administrativo puedan concluir el ciclo escolar 2022-2023 en las mejores condiciones.

El Calendario Escolar de la SEP marca el fin de clases del ciclo escolar 2022-2023 de manera oficial el próximo 26 de julio. El año pasado, la Coordinación Estatal de Protección Civil reportó, por ejemplo, en Ojinaga, temperaturas de hasta 43.4°C, esto incluso desde junio; ante estas condiciones es que se propone el “recortar” el ciclo escolar en beneficio de estudiantes, sus familias y maestros.

Efectos negativos del calor en las escuelas

Un estudio de la Universidad de Harvard junto a la Universidad de Georgia, de Estados Unidos, afirma que las altas temperaturas impactan en el rendimiento en la educación y afecta a los estudiantes de todos los niveles. En los niños, sin dudas, la preocupación es mayor.

Según el mismo, por cada grado que sube la temperatura, los alumnos descienden en su rendimiento un 1%.

Comportamientos irritables, baja capacidad de concentración, motivación y entendimiento, altos niveles de ausentismos, además de maestros que también se ven afectados.

Otro problema que enfrentan es la portación de mochilas con gran peso, lo que contribuye a la sudoración y deshidratación.

El extremo calor podría combatirse con el uso del protector solar para días de temperaturas intensas, pero la gran mayoría de los alumnos no tienen condiciones económicas para adquirirlo.

Aparte, la hidratación debería ser el doble y lamentablemente no lo es, porque no hay suficiente agua disponible y las fuentes no son seguras.