El Normalismo y sus orígenes

Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya

“El que educa a los maestros debe ser reeducado”

No es una hipótesis, es un axioma. Una verdad absoluta, irrefutable. No es, “el educador debe ser reeducado”; es, “El que educa a los maestros debe ser reeducado”. La crisis educativa, sin duda se encuentra aquí, en formación de maestros. Aseguro, que el gran aprieto de nuestro sistema educativo nacional se debe; “aunque usted no lo crea” al asalto charril (SNTE) de las instituciones formadoras de maestros y a la proliferación excesiva de escuelas particulares patito “formadoras de maestros” que, a cambio de altas cuotas de dinero en dos o tres años te dan el título de “maestro”

Para argumentar el párrafo anterior –conclusión- compartiré de manera somera cuál es el origen del normalismo y su llegada a nuestro país. Normal, espacio donde se norma el saber. Asegún, se dice. El maestro, es y ha sido producto de sus circunstancias históricas.

Al término de la Revolución francesa se escucha un reclamo jacobinista de hacer llegar la educación al pueblo, a los pobres, a las masas que participaron en la rebelión. Es, en este momento que sobresale la idea de que, el estado se encontraba obligado hacerle llegar a las muchedumbres una educación que se caracterizaría como publica. Posteriormente serían los ingleses que se encargarían de traerla a EE.UU. y América latina.

En México como en otros países latinoamericanos tiene fuerte presencia las compañías lancasterianas – Joseph Lancaster- que a través de la enseñanza mutua – se utilizaba a los niños más avanzados- como monitores en clases muy numerosas y de muy bajo costo-. El método de enseñanza mutua es viable aun, yo en varias veces lo llegué a utilizar con mis alumnos cuando monitoreaban la enseñanza de las matemáticas a los niños de toda le escuela. Este método fue muy utilizado en varios países de América latina. En nuestro país duro casi 70 años. Rebsamen hacia fuertes críticas a este método por considerarlo altamente disciplinado (militar) rígido, repetitivo y memorístico. Muy similar al actual.

En 1887 fue, en Orizaba, Veracruz donde se inaugura la primera Escuela Normal que en un plan de estudios de 49 cursos en cuatro años. Se consideraba al magisterio en una carrera de cuatro años.

Al poco tiempo después se inaugura la Escuela Normal para Profesores en la Cd. de México. No fue, sino hasta 1921 después de fundada la Secretaria de Educación Pública reconoce a los maestros como misioneros rurales que hacen llegar la educación a los pueblos más apartados mayoritariamente indígenas de nuestro país, -SEP- Fue con Vasconcelos a la cabeza de la SEP que se da auge a la educación pública con los maestros ambulantes conocidos también como misioneros rurales. Su acción pedagógica fue una verdadera misión, dado que tuvieron que enfrentar al conservadurismo reaccionario más cruel e hipócrita que les agredía cortándole a muchos de ellos las orejas. Sin ser el magisterio de aquel entonces – el actual en su mayoría es más reaccionario, aspiracionista a “fifi” o a la clase alta además de sindicalero-

Aun a pesar de que la creación 1943 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE fue producto de las luchas callejeras de maestros combativos y otros muchos más que se proclamaban socialistas. Maestros disidentes que, fueron traicionados a golpe de metralleta en mano por los oficialistas, pro patronales y posteriormente conocidos como charros. No dudo, en afirmar que, esta camarilla de delincuentes que se apoderó de la dirección sindical fue, y es aún una rémora maligna cancerosa que se adhirió al Sistema Educativo Nacional el cual le ha causado un daño incalculable a la Patria. Para muestra aquí algunos. Jesús Robles, Manuel Sánchez Vite, Carlos Olmos, Carlos Jonguitud, Elba Esther Gordillo, Juan Diaz y Alfonso Cepeda. Todos traidores al magisterio nacional y de muy triste memoria. Es aquí, donde empieza el declive en cuanto a formación de maestros.

Lázaro Cárdenas del Rio 1936- 1940 Su proyecto para educar al pueblo dentro de los criterios científicos conocido como “Educación Socialista “no cristalizó por la amplia oposición que hubo en los grupos más reaccionarios y conservadores del país. Su sucesor Manuel Ávila Camacho fiel representante de los grupos de ultra derecha y la iglesia termina con el proyecto educativo anterior y proclama el de “Unidad Nacional” que amalgamaría a todos los grupos de reacción junto con los dirigentes del SNTE. Algo muy parecido sucedo hoy en nuestro país.

Es, en 1972 con Carlos Jonguitud y la famosa delincuencial corriente sindical de Vanguardia Revolucionaria en la que llega al máximo la corrupción, perdida de los derechos laborales de los trabajadores de la educación y el asalto a las escuelas formadoras de maestros. A partir de esa fecha hasta nuestros días; al parecer nada ha cambiado, siguen los mismos gatos; nada más que revolcados.

Es obvio que la perniciosa presencia del charrismo sindical delincuencial apadrinado por el PRI al interior de las aulas es grave y ha causado enorme dañó a nuestro sistema educativo. Pretender desestimar lo anterior es ser ignorante o cómplice silencioso.

No es válido la idea ramplona neoliberal y burguesa de asentar que los formadores de maestros son auténticos apóstoles que educan a otros para la felicidad y bienestar del pueblo, ¡pamplinas! Son evidentemente reproductores no conscientes del “statu Quo” que forma y formará ciudadanos obedientes y sumisos; el perfecto esclavo que pronto se insertará a las líneas de producción con un salario de miseria que apenas le dará para sobrevivir; al igual que, los nuevos maestros que inician sus servicios en nuestro Estado. Por lo tanto se afirmo que no se necesitan más Reformas educativas; Lo que urge es una Revolución educativa que trastoque y derribe los cimientos donde descansan la escuela pública y privada para que se construya sobre sus cenizas una educación con, por y para el pueblo.