Homenaje a una gran mujer y una gran Maestra… Mi Tía Ramona Muñoz de Mancha D E P 🙏

Por: Mtra. Rosa Lilia Cardona Muñoz

La vida es efímera, tiene una llegada y una partida.
Un encanto y un desencanto.
Un amor y un desamor.
Una alegría y una tristeza.
Una lealtad y una traición.
Un consejo y una desorientación.
Una lucha y un despropósito.
Una conquista y un fracaso.
Una bendición y una maldición.
Un abrazo y una ruptura.
Una acogida y una excluida.
Un abrazo apretado y un abrazo fingido.
Un aprecio y un desprecio.
Una adopción y una expulsión.
Una inclusión y una exclusión
Una aprobación y una desaprobación.
Una comprensión y una incomprensión.
Una palabra de aliento y una de desaliento.
Un diálogo y un monólogo

Cuál si fuera un verano con hojas verdes, radiante, vivo, destellante, así fue su vida siempre soñadora, alegre, bulliciosa, platicadora, siempre con un tema por delante dónde la conversación y el diálogo propiciaban un encuentro, seguido de una sesión de álbumes fotográficos, anécdotas, juegos de pericos, risas, canciones y buenos recuerdos de sus vivencias con sus hermanos Alberto y Luis y hermanas Jacinta, Crispina y Anselma, de su padre Luis y su madre Severina, de sus andanzas de juventud y terminaban estas largas charlas indiscriminadamente con un abrazo fuerte y una bendición, un adiós y un regreso pronto.

Siempre fue una orgullosa Maestra amante de su profesión originaria de Cd. Camargo, Chih., narraba en sus recuerdos como maestra rural sus inicios, se acordaba de muchos de sus alumnos y mencionaba sus nombres, si alguno llegaba a olvidarlo lamentaba el hecho y prometía acordarse más tarde, mencionaba a la escuela primaria No. 40 dónde ejerció su labor docente como profesora, mencionaba a sus compañeros de trabajo y a sus buenas amigas Celia y Micaela; iban y venían sus recuerdos y sus andanzas de maestra rural y del cambio a maestra en zona urbana del número de alumnos y decía tenía hasta 60 en primer año y con voz satisfecha arguía a todos les enseñé a leer y escribir. Los años y la familia crecieron y ya viuda con 6 hijos decidió un buen día agarrar sus maletas llenas de ilusiones y esperanzas y emigrar a Cd. Juárez dónde le esperaba ya un nuevo puesto y una nueva misión ser Directora de la Escuela Primaria Maclovio Herrera en la Col. Santa Rosa en Cd. Juárez, Chih. dónde entregó sus servicios educativos con todo el amor a su carrera y a su Patria, finalmente se jubiló con el reconocimiento y los honores de una comunidad escolar por toda una vida de trabajo cuyos recuerdos quedaron plasmados en su memoria y en muchas fotografías.

Ella siempre tuvo en mente a sus hermanas y hermanos que tuvieron una hermandad muy fraternal hasta el último día de sus vidas, nunca dejó de reconocer a su hermana Crispina quién le apoyó para que ella estudiara y llegara a ser Maestra

Fue una mujer profundamente religiosa, creyó y profesó el cristianismo, escuchaba misa y oraba a diario por todos y todas hijos, hijas, sobrinos, sobrinas, nietos, nietas, bisnietos, bisnietas, tataranietos y amigas de la familia. Por tod@s oraba.

Leyó y practicó los Santos Sacramentos, fue una mujer benefactora, tuvo un amor desmedido por todos y todas fungió como Tía y Madre sustituta, nos dejó muchas enseñanzas, nos dio su palabra, su consejo, su aprobación, su alegría, su comprensión, su entrega, nos dio abrazos de corazón, nos abrió su hogar siempre que lo necesitamos, nos dio su bendición en cada visita.

Ella sabía quienes íbamos de cualquier lugar del Estado, hablaba por radio monitor que su hijo Enrique le había instalado para comunicarse a diario con sus hijos Sergio, Alonso, Agustín, Cristina y Lourdes, siempre nos recibía con un café o con una avena que era su especialidad y un buen pan haciendo alegoría del buen pan que hacían Lucita y Julián en aquella panadería de la calle Morelos en Cd Camargo, Chih., cuando ella era joven, para después platicar y mostrar a su perico que le fue robado y sus hijas para sustituirlo le compraron un perico hablante de juguete que hablaba y cómo reía, otras veces ella cantaba y ponía música de su época, la última canción que ella cantó a tono fue la de «Dos Almas» en la última visita que estuve con ella, recientemente apenas hace unas semanas había cantado en una reunión familiar muy contenta las canciones *Cartas Marcadas» y el «Corrido de Chihuahua».

Cuando hablaba a diario por el radio monitor decía: Aquí les habla la Mera, Mera para saludar y conversar con sus hij@s y sus nietas Erika y Jazmín.

Con su andador y su poca movilidad se sentaba en la sala de su casa de la Av. Morelia y en una canastilla portaba un teléfono y les llamaba a sobrinos y sobrinas, nietos y nietas el día de su cumpleaños y también a la Comadre Celia Armendariz querida por tod@s, amiga de la Infancia quién junto con su hermana Crispina fomentaron una bella amistad.

Su huella perdurará en los corazones que ella tocó.

«Cuando dos almas se quieren
Por más que se alejen
No se podrán nunca olvidar
Por eso, cuando yo muera
Cielito lindo
Nunca me dejes de amar

Si vas al campo donde los muertos
Reposan ya
Busca mi tumba
Y ahí solita la encontrarás
Llévale flores
Muchas gardenias y un rosal
Que sean violetas
Y no me olvides, y nada más»

Así fue ella la mejor, la Mera Mera mi Tía Mona.
Una mujer ejemplar
A sus 95 años de edad.
Descanse en Paz 😢🙏🏼