Un hombre de Nazaret

Rosalío Morales Vargas

No lo adoren en iglesias
Se encuentra en los corazones
En las luchas de los pueblos
Que llaman a rebeliones
A combatir oligarcas
Y terminar opresiones.

No se encuentra en ningún rezo
O en sumisas oraciones
Está en el grito insurrecto
De las almas superiores
Pulula por las favelas
En hogares de los pobres.

No está en forzados silencios
Sino en fuertes y altas voces
No en obedientes plegarias
Sino en rebeldes acciones
No en dóciles letanías
Sí en canto de ruiseñores.

No se halla en dulce almíbar
Sino en entornos salobres
No en edificios de mármol
Sino en casas de terrones
No va en lumínicas calles
Sino en brechas sin faroles.

Está en el cálido abrazo
De mujeres y de hombres
Que bregan sin descansar
Por las ciudades y montes
Batallando entre zarzales
Gestando revoluciones.