Por: Rosalío Morales Vargas
Furor en rebelión cruza las calles
En Cusco, Huancavélica, Arequipa
Ayacucho, Apurímac y Chiclayo
Cajamarca, Huancayo, Tacna y Lima
De la costa a los Andes la avalancha
El profundo Perú se moviliza.
Es la recia corriente de Atahualpa
El mundo campesino, cholo, indígena
Los quechuas bajan de la cordillera
La población buscando la utopía
La fuerza del abajo se vertebra
No quieren depender de oligarquías.
Que nos dirían Mariátegui y Vallejo
Ante la oleada popular crecida
Que desea verse libre de opresiones
Y ofrecen resistencia decidida
Soplan enfurecidos fuertes vientos
Pues son los aires de los grandes días.
Se ha urdido un sabotaje de las élites
De unos poderes criollos sin carisma
Un sigiloso golpe blando artero
Ahíto de racismo y de perfidia
Cenáculos de cúpulas impúdicas
Conducen al país hacia la ruina.
Se abrirán las ventanas para orear
Las formas viejas ya enmohecidas
Y los cerrojos de las puertas ceden
Tronchados por vigor y valentía
Se empuja con pasión y mucho brío
Otra manera de vivir la vida.
A la cima el futuro de los pueblos
No es capricho ni simple fantasía
Con valor insurgencias alzan voces
Cimbran sus ecos en la lejanía
Y las manos de un digno movimiento
Curarán está tierra tan herida.