Necesario un protocolo de antención en casos de muerte fetal, neonatal y perinatal, ante falta de empatía con familias que atraviesan una pérdida: Carla Rivas

Chihuahua.- La diputada Carla Rivas, integrante de la bancada del PAN, presentó un punto de acuerdo para solicitar a las Secretarías de Salud tanto federal como estatal a fin de que se implemente un protocolo con carácter obligatorio en casos de muerte fetal, neonatal y perinatal en hospitales, público y privados, así como poner especial énfasis en estos casos dotando a los centros de salud de capacitación, equipamiento y personal especializados en atención a madres y familias que sufren la pérdida de un hijo durante el embarazo o a los días de nacido; la propuesta fue aprobada por la totalidad de los legisladores presentes.

La legisladora manifestó que “Cerca de dos millones de bebés nacen muertos cada año –o uno cada 16 segundos– según las primeras estimaciones conjuntas de mortalidad fetal publicadas por UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Banco Mundial y la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.

La diputada informó que sostuvo una reunión con padres y madres que han pasado por este proceso, en donde las historias compartidas tienen algo en común: la falta de empatía y de un correcto procedimiento en cuanto al sentir de las mujeres que están atavesando por este tipo de pérdida.

La diputada enfatizó:
Y no nos malinterpreten, estamos conscientes de la heroica actuación del personal de salud pues su profesión puede ser la más loable y humana que puede haber, lo que se busca manifestar es que muchas veces además de una preparación técnica para salvaguardar la salud y vida de todos, se requiere un conocimiento extra en ciertos temas, y no nos referimos a comprender lo que siente una madre que acaba de perder un hijo, pues es algo que a menos que nos suceda, jamás podremos comprender en su totalidad. El asunto es que con cierta preparación adicional consideramos que se puede dar un mejor trato. Esto no es una simple conjetura por parte de una servidora, es el común denominador entre muchos casos que suceden en el Estado y muy seguramente en el País, pues entre las vivencias relatadas por madres, padres y demás familiares que nos compartieron sus experiencias fue, lamentablemente, lo más común, escuchar como el trato por parte de algunas personas dedicas a la salud era con cierta actitud de frialdad, pues se entiende que para dedicarse a ello se exige cierta profesionalidad, sin embargo eso no excusa que no se trate lo más humanamente posible a alguien que está sintiendo una pena tan grande y muchas veces esto se debe a la falta de concientización o capacitación.

Desde emitir comentarios bienintencionados, pero mal ejecutados, como mantener a las mujeres que han perdido a sus hijos, en habitaciones donde pueden ser testigos de la contraparte de su situación, como lo es familias que felizmente reciben a sus hijos pues tuvieron un parto exitoso. Y es necesario recalcar que no estamos generalizando, pues en algunos casos el trato fue en efecto bueno por parte de los médicos y enfermeras o enfermeros, incluso de la institución de salud a donde acudieron. Sin embargo ese trato si debería ser generalizado en cada institución y su respectivo personal.

Entre las opiniones de estas madres y padres, además de familiares, se puede encontrar cierto énfasis en algunos puntos como lo es la falta de expertos que ayuden a sobrellevar el momento, como lo pueden ser expertos en Tanatología, ya que quienes lograron contar con uno manifestaron el gran apoyo que significó para ellos, y caso contrario quienes no contaron con alguno expresan lo necesario que es. Incluso hubo casos en los que no solo no había algún Tanatólogo, sino que no había pediatra en tuno o el especialista necesario para atender al recién nacido que se encontraba con problemas de salud graves.

Además, otro punto a resaltar es el de los comentarios que incluso llegan a ser juicios en contra de la madre, llegando a culparla y cuestionarla en su actuar, cuando llegan a ser las menos responsables, por lo que sería necesario que en un protocolo incluso, se enlistaran los distintos comentarios que se deben evitar así como los que se consideren adecuados para disminuir la pena o bien tranquilizar. También se debe contemplar acciones que a posteriori resultaran más benéficas para llevar un correcto duelo, como lo es la posibilidad de que la familia conozca a su hijo, nieto, hermano, etc., esto ya que quienes no lograron, conocerlo u obtener algún recuerdo consideran que les hizo mucha falta, y que por el momento de intenso pesar muchos no lo llegaron a pensar, y quienes sí, en algunos casos no se les permitió y en otros sí, con esto se sintieron agradecidos y les ayudó a sobrellevar la perdida, por lo que es inevitable considerarlo como una parte fundamental del proceso de superación.

Dentro de un protocolo incluso se podría contemplar la voluntariedad de las mujeres que han pasado por un proceso como el que hemos expuesto aquí, pues han externado la intención de servir de soporte y acompañamiento de las mujeres y familias que viven un caso igual a que ellas vivieron en los hospitales, ofreciéndose como voluntarias. Cabe destacar que incluso se encuentra en proceso un posible protocolo en el mismo sentido del que aquí se expone, elaborado por varias de las mujeres que nos acompañaron el 24 de septiembre pasado, el cual se estaría haciendo llegar por parte de nosotros a nombre de quienes lo elaboran, para ser tomado en cuenta por las autoridades de salud a quienes dirigimos el presente.

En algunas culturas se considera a las madres culpables de las muertes fetales y esto puede acarrear descrédito social o generar sentimientos individuales de culpabilidad o vergüenza, lo cual impide a las madres manifestar abiertamente su dolor por la pérdida. La incapacidad de mostrar el luto públicamente puede hacer que parezca que las muertes fetales nunca han ocurrido. Este tipo de tabúes, estigmas e ideas equivocadas suelen silenciar a las familias o tener repercusiones sobre el reconocimiento y el luto por las muertes fetales, contribuyendo así a su invisibilidad.

Por lo anterior es que buscamos exhortar a las autoridades de salud competentes para que en razón de evitar más casos como lo que se nos han expuesto, donde muchas familias además de sufrir una perdida pasan por un conjunto de situaciones que agravan más su sentir, por ello solicitamos se cree un protocolo de actuación ante casos en los que el embarazo no llega a buen término o hay una perdida casi inmediata al nacer. Dicho protocolo debería incluir diversas aplicaciones y prohibiciones basadas en la experiencia de las personas que realmente saben lo que sería beneficioso para las que atravesaran por las mismas circunstancias; así como el conocimiento técnico de expertos en la materia, como lo serían médicos y psicólogos o terapeutas.