Por: Tania María Herrera Rojas
Muchas veces en la vida, nos aislamos de lo verdaderamente importante, estamos en un mundo en que, ilógicamente, no estamos. Esto podría ser una incoherencia o decir que en verdad no hay un sentido en la vida, muchas veces nos dejamos llevar por la inercia, no hay comprensión, la vida llena de costumbres, de círculos viciosos, tal vez de hábitos que nos llevan hacia no reflexionar, ¿Qué es lo que estamos creando? ¿Acaso somos seres nada más sin conciencia? ¿Somos un conjunto, un mecanismo, como un androide que sigue la producción?
Claramente hacia allá vamos, es como si simplemente no ponemos en tela de juicio aquello que nos pasa solo lo asimilamos, porque necesitamos claramente vivir en ésa especie de comodidad, pensamos que debemos lograr un mejor vivir en base a que si tienes más mas eres, que se necesita simplemente llegar a ser más, como si lo exterior modificara el interior, nos dicen cómo debemos ser, en cada cosa que consumismos, no solo consumimos lo que queremos, nos consumen, es decir, si masticamos un chicle ya nos dicen de que tipo de personas somos, no hay un pensamiento propio, nos venden ideas, como si no fuéramos nada, como si tenemos que modificarnos, modificar nuestra humanidad, así también nos forman patrones, en realidad, en cualquier parte, nos venden que debemos ser emprendedores para poder salir adelante, nos hemos perdido en todo, no ponemos en tela de juicio ¿Cómo es posible que una mujer piense o desee que la mantengan para ya no soportar una vida injusta? O ¿Cómo es posible que un hombre quiera poder tener una Cheyenne para escapar de todo? Nos mantienen en base a que le tememos a aquello que nos angustia, por eso preferimos quedarnos callados, porque vemos que no hay futuro en nada, no nos damos cuenta que eso le enseñamos a nuestras futuras generaciones, ¡¿Qué mundo habremos de dejar?! ¡Desde que nacemos venimos a sufrir es cierto, los bebés queman sus pulmones para respirar y que dicha ¡RESPIRAR! Es precisamente ahí lo bello, ahí radica nuestro valor, podemos cambiar, pero no aquello exterior, ¿Para qué cambiarnos? Hay que crear los verdaderos valores, lejos de ése individualismo, lejos de aquello que nos hunda más, no tenemos que emprender nada, no tenemos que cambiarnos a nosotros mismos, tal vez digan que eso es mediocridad, pero ¿Acaso no tenemos sentimientos? ¿Acaso no podemos darnos las manos y dejar de juzgar al otro por lo que tiene y empezar a construirnos juntos, sin que nos valga el que hay algunos que se venden ellos mismos, venden su dignidad y empezar a crear conciencia y que se pueda lograr una educación moralizadora en acción y que son capaces y no tienen que moldearse? Porque no se trata de darles sino realmente valerse por sí mismos, valernos, porque entre más personas haya que den pero no enseñen, se debe crear personas que aprendan a no sólo aceptar, si no CREAR, he ahí lo verdadero, porque ES CREANDO como se podrá lograr que las masas no se amolden al statu quo, es aceptando la pluralidad, lo diferente, saltar hacia el vacío de aquello que no nos aborregue sino que podamos ser auténticos. Porque es precisamente mediante la educación pero la educación no es transferencia de conocimiento como diría Freire sino educación que lleve hacia una ética, de poder cambiar la sociedad, cambiar precisamente con conciencia social, de mejorar, si las condiciones de vida, pero no las propiedades, no aquello material si no precisamente el marasmo, aquello que nos aleja de una comprensión, es precisamente que si alguno le falta algo, no juzguemos y actuemos y crezcamos como comunidad, porque debemos organizarnos, debemos lograr que ése egoísmo, ésa desvalorización donde los grandes capitales ya no nos hagan una especie de modelo de hombre que no piense y solo siga ordenes, debemos lograr una conciencia social y la conciencia social se logra precisamente no doblando nuestro espíritu.
Porque desde que se implementó el que debemos de estar del lado de quien nos oprime porque no podemos lograr modificar un modelo o un sistema pero pues el lograr una autonomía es precisamente es constante cambio para nosotros porque nosotros somos lo actores del cambio.
Necesitamos ver quiénes somos en realidad, donde estamos y hacia dónde vamos, porque para que se logre algo es precisamente con cada conciencia, cada individuo lejos de los modelos de la pantalla, si es difícil cambiar, claro, pero no imposible.