Misoginia y clasismo en el magisterio nacional

Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya

Nunca como antes, -no lo registra la historia- una inmensa masa (indefinida) de maestros a nivel nacional que, sin ninguna autoridad moral y un total desconocimiento de nuestra historia (SEP – SNTE – CNTE) habían manifestado tanto, encono, odio y rencor en contra de una mujer, la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya. Pena ajena –somos pares- que muestra palmariamente de que está hecha la nueva generación de maestros. Obedientes, sumisos y con una enorme ausencia de pensamiento crítico. Desinformados -ignorantes supinos- que, con índice flamígero y desde la comodidad que dan las redes sociales lanzan insultos e improperios a la nueva Secretaria de Educación.

No dudo, creo firmemente que los que hacen apología de escarnios y calumnias en contra de la nueva titular de la SEP; desconocen que se ponen de lado de los enemigos de le educación pública y de la clase más corrupta, reaccionaria y conservadora que vivimos en esta contemporaneidad. Se asumen “fifís” sin ser. Son trabajadores de la educación y de origen proletario.

Recular al pasado es justo y necesario. Posterior al movimiento armado (1910) y, después de la Promulgación de la Carta Magna – (1917)- impregnada del pensamiento liberal herencia de la Revolución y, en la que el Estado se obliga a dar educación primaria y secundaria gratuita. Este pensamiento crece, se consolida y se fortalece con la llagada del primer Secretario de Educación Pública en la recién fundada Secretaría de Educación Pública (1921). José Vasconcelos Calderón, filósofo y pedagogo mexicano. Su extensa obra pavimenta el camino de lo será le educación hasta el periodo de Lázaro Cárdenas. (1940).

Educación cargada de humanismo proletario, de nacionalismo. De izquierda que encuentra sus principales opositores en el clericalismo retardatario y en la clase reaccionaria, conservadora enemiga de la ciencia y el desarrollo (léase PAN).

En el periodo de Lázaro Cárdenas se articula en el tercero constitucional el nombre de “socialista” lo que causa enorme prurito, molestia y enojo a la clase empresarial, clero y a los conservadores rancios asustados por el término que acuñó el cardenismo.

Fue, en el periodo de Manuel Ávila Camacho en el que por las presiones de la derecha autócrata da término y se extingue del Art. 3 la palabra “socialista” y se acuña el de “Unidad Nacional” promovido por Ávila Camacho y que fue hecho por el cuentista, ensayista y novelista mexicano Agustín Yáñez el cual, posteriormente, sería Secretario de Educación Pública en el sexenio del mal recordado Días Ordaz. Paradójicamente desde ese entonces, gracias a las luchas de maestros disidentes y auto proclamados socialistas nace el SNTE (1943) que aglutina en su mayoría de los Trabajadores de la Educacion. ¡Unidad!, ¡Unidad! era el grito en aquel entonces que utilizaban los charros, idénticamente como los de ahora.

El SNTE desde su nacimiento ha sido liderado por los “oficialistas” conocidos de manera peyorativa como ”charros” que a golpe de mano y fusil se traicionan unos a otros. “Lo que sucede actualmente es copia fiel del pasado”.

El SNTE desde su fundación fue y ha sido una rémora maligna cancerosa que se adhirió al Sistema Educativo Nacional haciéndole un daño inconmensurable a los trabajadores de la educación pero; sobre todo a la niñez y a la sociedad mexicana.

Los líderes “Secretarios Generales” charros del SNTE tienen grabado en su ADN la traición, el amor al dinero y a los puestos públicos. Sobra decir, que nunca han representado con dignidad y decoro al magisterio y que en ningún tiempo les ha interesado la niñez.

De 1940 hasta finales de la década de los 70s existe una relativa “calma chicha”. La presencia del Sindicalismo charro oficial a través de su brazo armado “Vanguardia Revolucionaria” creado por el cacique Carlos Jongitud Barrios domina a base del miedo y terror a todo el magisterio nacional. Al que se subordinaba, prebenda y cochupo, al que disentía, palo y muerte. 200 maestros asesinados en el periodo de Jongitud Barrios. Su cacicazgo dura aproximadamente 19 años y, es en ese entonces que aparece la nefasta figura de la corruptisima traidora del magisterio la Elba Esther Gordillo Morales; ahijada del anterior cacique y promovida al puesto de Secretaria General sin ningún ejercicio democrático por Salinas de Gortari, para legitimarse en el poder, tendría que poner a una persona, peor o igual a él.

En 1979 gracias a la presión ejercida por maestros de las secciones sindicales de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, novena de la Cd. de México de la cual fue Secretaria General Leticia Ramírez Amaya se logró acabar con el cacicazgo de Jongitud Barrios, nace la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación y empieza el sometimiento caciquil de Elba Esther Morales que duraría 24 años. El uno y la otra se apoderan del sindicato -(33) años-y se promueven las practicas más corruptas. El deterioro en la educación es tan evidente así como también la ausencia de Democracia sindical y salarios dignos.

Ni Elba Esther Gordillo, ni Josefina Vásquez Mota sufrieron tanto escarnio y burla por parte de los maestros. De la primera diré; delincuente electoral, ex presidaria, delitos del fuero común, enriquecimiento ilícito, conflictos de interés, presunta homicida del Profr. Misael Núñez Acosta. Estudios (¿) Se registra como Licenciada en Educación. No, no lo es. Era tan fuerte su dominio en todo el magisterio nacional, que muy pocos se atrevían ir en su contra.

Josefina Vásquez Mota, Dos veces diputada federal. Actual senadora y Secretaria de Educación en el espuriato de Felipe Calderón. Licenciada en economía y egresada de la ibero. Además con un adeudo de 1000 millones de pesos (préstamo) dudoso hecho por Peña Nieto que no ha regresado al erario. Bien haría a los maestros adláteres de la reacción y de Usicamm ponerse a leer y no ler.