Nuevamente quedaron a deber la transparencia en el proceso de Cambios Estatales y nunca se publicó la anunciada tercera lista ¿Tanto costaba?

Por: Punto…

En días pasados ocurrió un hecho que no deberíamos dejar pasar. La verdad, durante buen rato pensé en si abordar o no el tema. No por nada extraño, sino porque al principio eran muchos los que enarbolaban la bandera de la justicia y la transparencia, banderas que en muchos casos fueron quedando tiradas por el camino. Pero el tema no es menor, no es cualquier cosa, y sobre todo el mensaje, más bien los mensajes que se mandan no son nada buenos.

El tema en cuestión es el de la tercera lista de ordenamiento de Cambios de Adscripción del Subsistema Estatal. Sí, esa mera, la anunciada por uno y la según otros reclamada por ellos, pero que nunca fue. Pero ése no fue impedimento para que el proceso de asignaciones arrancara este lunes 18 de julio porque a las autoridades educativas ya les urgía sacar el tema después de hasta dos pifias o intentos de listas previos, que abocaron al proceso a una suspensión temporal, y con la venia de la Sección 42 del SNTE.

Y el problema aquí es que a ninguna de las dos partes le importó que las asignaciones arrancaran aún sin haberse transparentado la tercera lista “final”. A ninguno de ellos les importó la transparencia y éste es un mal mensaje y sobre todo un mal precedente que se sienta. Porque si se abre la puerta a procesos no transparentes, agárrense porque viene curva. Para qué quejarse tanto, dándose golpes de pecho, de cómo se maltrataba al magisterio antaño, que si la reforma de tal o la del otro, si ahora somos incapaces de hacer procesos transparentes.

Porque unos y otros reconocieron que si bien en la segunda lista publicada el 12 de julio las inconsistencias detectadas –o denunciada- eran “pocas” respecto a las que presentaba la primera lista del 2 de julio, se hicieron correcciones y modificaciones en corto a la segunda lista con los niveles y la estructura administrativa de la Secretaría de Educación y Deporte.

Perfecto, ni se duda que se hizo ese trabajo –en lo personal me tocó ver salir de las oficinas de la SEyD a responsables de algunos niveles en la Sección 42-, ni se pone en entredicho que la lista final fuera correcta. Lo que se critica es que ésta no se transparentó. Que quien iba en el lugar 25 no sabía al momento de entrar al sistema para su asignación si, tras las correcciones, era el 23, el 27 o el 30. O que si lo sabía, no tuvo oportunidad de ejercer su derecho a fiscalizar la lista y ver si todo –aunque con la poca información consignada en la misma respecto a los participantes- estaba o al menos parecía correcto.

Y es que una cosa es la corrección de la lista, y otra muy distinta y que algunos niegan, no se sabe si a conciencia o porque no tenían de otra, la transparencia, la que brilló por su ausencia.

Sin ir más lejos, y conste que no fue mérito de ningún dirigente sindical ni nada, sino de la inconformidad del magisterio participante, en 2021 no sólo fue pública la lista con la que iniciaron las asignaciones, sino que además ésta venía con la tan reclamada fecha de ingreso al sistema de cada participante. Qué mejor para trasparentar el proceso que, siendo la antigüedad en el servicio el principal criterio para la ordenación de los participantes, incluir ese dato en las listas. Pero no, éste año eso ya era demasiado pedir.

Grave es el paso atrás, como grave es que la dichosa lista no se publicara pese a que tres días antes del inicio del proceso el titular de la SEyD aseguró en hasta dos ocasiones en una entrevista que sí se publicaría y que había no sé cuánto numeroso personal de Educación y USICAMM trabajando en ello. O no supieron, o no les dio el tiempo o simplemente no quisieron publicarla. A cada cual peor.

Pero al mismo nivel está que la Sección 42 le comprara la jugada a la autoridad. Las versiones al respecto, al menos las recabadas, la verdad no hay por donde tomarlas. La de que se hicieron las consultas y correcciones pertinentes en corto con los niveles, desde el momento que hubo tan sólo un cambio respecto a la última lista publicada, ya echa por tierra la transparencia. Luego, otras versiones apuntando que el anuncio realizado por el secretario de Educación de la tercera lista fue en una entrevista y no a través de un comunicado, la verdad, mejor habérsela ahorrado. ¿O será un mensaje de que ahora para que el sindicato exija a la autoridad procesos transparentes para sus agremiados deberá obrar primero un comunicado u oficio de las autoridades? Que estuvieron supervisando el proceso, sí, pero por qué negarle al compañero poder corroborar cómo quedó integrada la lista final.

Dicho sea de paso, hay que señalar, que varios de los responsables de este entuerto no contestaron ni las llamadas ni los mensajes sobre el motivo de la no publicación de la lista y si las asignaciones iniciarían aún y sin la dichosa lista.

El resultado, muchos de los participantes acudiendo al proceso prácticamente “a ciegas” y con resignación. En este tenor, algunos de ellos señalaron que “la verdad es que los movimientos que hicieron fueron mínimos, nos quedó claro que ellos harían lo que quisieran”, que “las fechas para ya se venían encima y todo debía quedar para iniciar en los nuevos centros de trabajo el 16 de agosto” y que “no nos quedó de otra más que aguantar y rezar por que nos tocara un buen lugar o seguir en donde estábamos”.

Otros sostienen que “las asignaciones comenzaron con la segunda lista que publicaron, aún había irregularidades, todas (o la mayoría) avanzamos 3 lugares para arriba, en si no se hicieron cambios tomando en cuenta la antigüedad. Y ya nos asignaron a todas a nuestro cambio. De hecho muchas rechazaron”.