Chihuahua, Chih.- Integrantes de 11 comunidades indígenas de los Municipios de Urique y Bocoyna donde opera el Fideicomiso Barrancas del Cobre denunciaron las carencias y problemáticas que arrastran en materia de educación, derivado de la falta de maestros y escuelas, de salud, por la falta de clínicas o equipamientos de las mismas, y la afectación al medio ambiente, no sólo por parte de la tala ilegal, sino también por la falta de regulación del turismo. Es por ello que, en atención a la sentencia que da la razón a estas comunidades, presentaron su propio plan de desarrollo regional “Nátiga Busuré” (Pensar despertando), exigiendo que de una vez el gobierno voltee a verles, les escuche y sobre todo tome acciones. La comitiva se reunió hoy mismo con la diputada Rocío Sarmiento para pedirle la instalación de mesas de trabajo para la implementación de las propuestas planteadas.
Teresa González, de la comunidad de Repechique, denunció que los niños de la comunidad no han aprendido a leer y escribir por falta de maestros que estén de forma permanente en la zona, aunado a la falta de una secundaria para que los niños que terminan la primaria puedan seguir estudiando. Es por ello que, entre otras cuestiones, en este rubro solicitan profesores bilingües de preescolar a primer grado, mejorar las instalaciones escolares y la dotación de un albergue.
Asimismo, solicitan medidas de seguridad para prevenir accidentes en el camino a la escuela y que los niños puedan regresar seguros a casa, horas completas de los cinco días, y que se atiendan numerosas necesidades de equipamiento y la demanda de un espacio para que los niños y adolescentes puedan realizar educción física bajo un domo o un tejabán.
En materia de medio ambiente, Javier Mauricio Núñez, de la comunidad de Pito Real, Urique, lamentó que “nos ha afectado mucho la tala ilegal, erosión, incendios, contaminación de agua, exceso de basura” y que el proyecto turístico no cuente con un plan de manejo de la basura y de las aguas sucias. En este ámbito plantean un programa anual de conservación de agua y la construcción de una planta recicladora de basura.
Reconoció que no conocen al diputado de su distrito ni ningún legislador se ha acercado con ellos. “Nos tienen en el olvido a nosotros”, lamentó.
Por su parte, Víctor González, de la comunidad Bosques San Elías Repechique, abordó la problemática de salud de las comunidades. Empezó refiriendo que algunas cuentan con sus casas de salud pero éstas no están equipadas, “sin ni siquiera una banca para sentarse”. En otras directamente no hay casas de salud, mientras que la falta de medicamentos, de ambulancias y de intérpretes, y las dificultades de los traslados, es una constante en toda la región.
La propuesta más importante en este rubro pasa por la construcción de un Hospital en el Divisadero. Afirmó que la clínica más cercana es la del municipio, pero señaló que ésta llevaría un año sin usarse.