Lo que resulta evidente es que este personaje creció en el mundo delincuencial y seguramente lo hizo gozando de algún tipo de impunidad, heredamos un caos: Jáuregui sobre «El Chueco»

Chihuahua, Chih.- El secretario General de Gobierno, César Jáuregui Moreno, afirmó esta mañana, tras las palabra del presidente Andrés Manuel López Obrador, que si bien desconocía si durante los gobiernos estatales anteriores habían existido acuerdos o cierta protección al líder delincuencial conocido como “El Chueco”, lo que sí era evidente es que éste creció mucho con el paso de los años. Jáuregui sostuvo que heredaron “prácticamente un caos” en materia de seguridad. Respecto a las narcomantas colocadas ayer en Ciudad Juárez, afirmó que siempre hay que tomarlas “con mucha reserva”.

Cuestionado por si había existido tolerancia, permisividad o incluso protección hacia José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, por parte de las anteriores administraciones estatales, Jáuregui Moreno aseveró que “yo no sé si falta de interés, lo que resulta evidente es que este personaje creció en el mundo delincuencial y seguramente lo hizo gozando de algún tipo de impunidad”.

Sobre si pudiera haber ocurrido algo similar con otros líderes delincuenciales, refirió que debía tener datos para asegurarlo.

Sostuvo que lo que sí podía decir es que “este Gobierno está muy consciente de que en materia de seguridad heredamos prácticamente un caos y hay que reordenar muchas cosas”.

Es por ello que apuntó que cuando la gobernadora hablaba de poner orden en casa “uno de los temas fundamentales era el de la seguridad y por eso la inversión en seguridad y por eso todo lo que estamos haciendo”.

Narcomantas en Ciudad Juárez

El secretario General de Gobierno también habló sobre las narcomantas colocadas ayer en varios puentes de Ciudad Juárez.

Al respecto empezó señalando que “esas cosas generalmente se ponen por los propios grupos delincuenciales. Entonces en ese sentido se deben tomar con mucha reserva porque a veces son mensajes entre ellos, etcétera”.

Ahondando en esa idea, concluyó que “no se puede confiar en los mensajes que el propio narcotráfico manda”.