Con profunda pena y dolor externamos nuestras sinceras condolencias por el deceso de los señores presbíteros Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, ambos religiosos jesuitas que desempeñaban su apostolado en la parroquia San Francisco Javier, en Cerocahui, municipio de Urique.
Y compartimos las comunicaciones que al respecto de su asesinato han publicado el Sr. Obispo de Tarahumara, Mons. Juan Manuel González Sandoval, MNM, el Prepósito de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús Pbro. Luis Gerardo Moro Madrid, SJ, así como la Conferencia del Episcopado y la voz oficial de la Arquidiócesis de Chihuahua a través de su vocero diocesano Pbro. Gustavo Enrique Sánchez Prieto. ¡Que el Señor los reciba en el paraíso! ¡Descansen en paz!
DOLOR Y ESPERANZA
Con profundo dolor y tristeza recibimos la noticia de los crímenes en la Iglesia de Cerocahui: dos jesuitas y un laico. Nos duele su muerte, otra expresión más de una violencia absurda e irracional, criminal, que arrebata la vida de tantas personas y amarga la vida de familias y llena de inseguridad a nuestras comunidades.
¿Hasta cuándo, pregunto al Gobierno Federal, tenemos que soportar esto en México? ¿Hasta cuándo, la pregunta va también a los hermanos que asesinan, podremos vivir en paz?… ¿Hasta cuándo?… Oramos con profunda fe y esperanza en Jesús, Señor de la Vida.
Pedimos por el eterno descanso de las almas de los difuntos, damos gracias a Dios por la respuesta generosa de los Jesuitas y pedimos por sus familias. Oramos por México y por el mundo entero, hemos despreciado a Dios y la vida humana, que es don suyo, es pisoteada, desde el aborto hasta la violencia organizada.
Confiamos en la intercesión de nuestra Madre Santísima de Guadalupe y de San José.
Oramos y nos comprometemos en la causa de la vida, de la paz, de la justicia.
Pbro. Gustavo E. Sánchez, vocero diocesano.
