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Maestr@s estudiantes

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid

Tradicionalmente el  23 de mayo de cada año se celebra, merecidamente por cierto, el día del estudiante para todos aquellos alumnos y alumnas del nivel medio básico, medio superior y superior que con su esfuerzo diario procuran allegarse de los conocimientos y la práctica que les permita su avance académico y por supuesto, las herramientas que coadyuven a su desarrollo profesional y laboral.

No obstante, normalmente se deja de festejar y/o reconocer a infinidad de maestras y maestros que, con doble o triple esfuerzo, estudian sus maestrías, doctorados o posdoctorados, a esos esforzados estudiantes  que por diversas circunstancias y razones emplean sus tardes o sus fines de semana para acrecentar  sus conocimientos y ponerlos a disposición de su comunidad educativa.

La mayoría de la sociedad puede pensar que por ser docentes su rol de estudiantes acaba, situación muy alejada de la realidad, existen incluso maestros jubilados que, con gran entusiasmo y pasión, valientemente  recorren de nueva cuenta las aulas de las distintas instituciones educativas para seguir aprendiendo, especializándose o bien conseguir otro título universitario.

Si de celebrar el día del estudiante se trata, bien vale la pena reconocer a todos ellos y ellas que sacrificando familia, hijos y el escaso recurso quincenal pagado por su invaluable servicio educativo asisten a sus clases por el solo hecho de prepararse, de acceder a nuevas estrategias o recursos pedagógicos, ¿Hacerlo por los escasos 600 pesos que se les paga por su titulación?  Lo dudo, no cae nada mal esa pequeña cantidad quincenal, no obstante, la motivación es más intrínseca, más por convicción que por la burla del monto al que se accede al terminar algún posgrado.

De igual forma, existen cientos de personal de apoyo y asistencia a  la educación que de la misma forma se preparan, estudian y buscan obtener un título que les dé la oportunidad de crecer en su trabajo; secretarias, prefectos(as), trabajadores manuales sin distingo son estudiantes que también son dignos merecedores de celebrarse, festejarse y felicitarse como los y las docentes que con su espíritu y profundo cariño a su labor no cesan en sus intenciones de prepararse.

A esos y esas estudiantes, ¡FELIZ DÍA! El mejor y mayor reconocimiento vendrá de sus allegados, de sus familias y sin duda alguna de sus alumnos y alumnas.

 

 

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