Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Constantemente, sobre todo en el periodo de preinscripción a la educación básica, muchos se preguntan si vale la pena el inscribir a sus hijos o hijas en el nivel preescolar y esto se puede resumir en la pregunta ¿A quién le importa?
Le importa a aquellos padres de familia que pueden ver en su maestra la viva imagen de una madre amorosa…
A quienes observan el sublime cuidado y cariño con que las educadoras ejercen su profesión…
A todos los que aprecian las dulces palabras brindadas por las maestras para mitigar el llanto de sus pequeños, cual suave bálsamo para calmar sus dolencias…
A miles de paterfamilias que ven en las educadoras las coadyuvantes perfectas para la educación de sus hijos e hijas…
A los que hemos sido testigos de cómo una tierna caricia pacifica la angustia infantil.
Le importa a quienes han podido beber del embriagante elixir de una tierna presencia docente, de su compromiso, de su responsabilidad, de su cuidado y dedicación.
Nos importa a quienes hemos visto como las maestras de preescolar duplican o triplican sus actividades para con su manto protector ofrecer su tiempo y espacio a niños y niñas bajo su resguardo.
Nos importa a quienes observamos diariamente a esas guerreras que aún viviendo batallas propias, dejan éstas de lado cuando ven la sonrisa de sus alumnitos y se desviven por ellos.
Por ese especial personal docente es que preescolar es tan importante para el óptimo desarrollo integral de niños y niñas.
Es por eso y más, mucho más que a todos nos importan ellas, las maestras y sus escuelas.
Con el perenne agradecimiento, cariño y admiración de toda la comunidad.
¡Feliz Día de la Educadora!