Rusia ataca con misiles de vanguardia

KIEV.– El ejército ruso aumentó la fuerza de sus bombardeos contra Ucrania al estrenar en esta guerra un misil hipersónico, que forma parte de un arsenal “invencible”, según Vladimir Putin.

El Ministerio de Defensa ruso indicó que disparó un misil Kinzhal para destruir un depósito subterráneo de armas en la localidad de Deliatin, en la región de Ivano-Frankivsk, a 50 kilómetros de la frontera con Rumania, país miembro de la OTAN.

Los misiles Kinzhal miden ocho metros y operan en un rango de dos mil kilómetros; pueden alcanzar velocidades de 12 mil 300 kilómetros por hora y cargar ojivas convencionales o nucleares.

En tanto, en la ciudad de Mikolaiv, un bombardeo mató a decenas de soldados en un cuartel donde dormían al menos 200 militares. No se ha dado a conocer una cifra oficial de víctimas, pero testigos señalaron que unos 50 cuerpos habían sido rescatados de los escombros.

Para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la apuesta puramente militar no resolverá el conflicto, sólo lo harán las negociaciones.

RUSIA ESCALA ATAQUES, LANZA MISICL HIPERSÓNICO

El Ministerio de Defensa ruso afirmó que usaron nuevo armamento para destruir un depósito subterráneo de armas, en una jornada en la que también bombardearon un cuartel militar en el que dormían unos 200 soldados ucraniano

KIEV.— Ucrania llamó ayer a China, aliada estratégica de Moscú, a “condenar la barbarie” de Rusia, que siguió bombardeando ciudades ucranianas y estrenando nuevas armas, como un misil hipersónico.

Los ataques aéreos rusos se sucedieron ayer a un ritmo vertiginoso en Mikolaiv (sur), donde un bombardeo mató el viernes a decenas de soldados en un cuartel, informó el gobernador regional, Vitali Klim.

«No menos de 200 soldados dormían en el cuartel”, contó un soldado de 22 años, que llegó desde otro puesto cercano. Otro militar estimó que el balance podría ser de un centenar de muertos.

«Se han extraído al menos 50 cuerpos, pero no sabemos cuántos quedan bajo los escombros”, añadió.

«No estamos autorizados a decir nada, porque las operaciones de rescate no han terminado y no se ha notificado a todas las familias”, explicó en ucraniano y luego en ruso Olga Malarchuk, portavoz militar.

Los rusos “dispararon cobardemente misiles contra soldados que dormían. Las operaciones de rescate se prosiguen”, indicó el gobernador Klim.

«El 18 de marzo, el complejo aeronáutico Kinzhal, con sus misiles balísticos hipersónicos, destruyó un importante depósito subterráneo de misiles y munición de la aviación ucraniana en la localidad de Deliatin, en la región de Ivano-Frankivsk”, anunció el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.

Esta región se encuentra a unos 50 km de la frontera con Rumania, país miembro de la OTAN.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que ese tipo de misil formaba parte de un arsenal “invencible”.

En el terreno, el Ministerio de Defensa ruso informó de la destrucción de centros de radio e inteligencia ucranianos en las afueras de Odesa, en Velikodolinske y Veliki Dalnik.

«Ucrania se ha convertido desgraciadamente en terreno de ensayo de todo el arsenal ruso de misiles”, dijo el portavoz de la aeronáutica ucraniana, Iuri Ignat, al portal Ukrainska Pravda.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cree que la apuesta puramente militar no resolverá el conflicto y puede incluso resultar un arma de doble filo para Putin, acusado por ONG y dirigentes occidentales de cometer “crímenes de guerra”.

Según Zelenski, las negociaciones son “la única oportunidad que tiene Rusia de minimizar el daño causado por sus propios errores”.

Su asesor, Mijailo Podoliak, urgió a China a proyectarse hacia el futuro, condenando la “barbarie rusa”.

«China puede ser un elemento importante del sistema de seguridad mundial si toma la buena decisión de apoyar la coalición de países civilizados y condena la barbarie rusa”, tuiteó Podoliak, que forma parte del equipo de negociadores ucranianos.

Desde que se inició la invasión el 24 de febrero, las dos partes han celebrado varias rondas de discusiones, la cuarta, el lunes pasado.

Para algunos dirigentes, el fin del conflicto no normalizará la situación internacional de Rusia, objeto de duras sanciones occidentales por la “agresión” contra Ucrania, una exrepública soviética.

El primer ministro británico, Boris Johnson, consideró que sería un “error” volver a las relaciones normales con Rusia, incluso si cesa la invasión.