La izquierda ciega

Por: Profesor Dante Valdez Jiménez

En los últimos dos años hemos visto una Derecha desprovista de una ideología social que la identifique con los sectores de la Burguesía nacional como el alto clero, los grandes capitalistas y la pequeño burguesía clasista y sectaria que hoy dirige medios de comunicación televisivos, radiofónicos y diarios impresos y electrónicos. Ante esta postura rabiosa e irracional porque Alguien se atrevió a bajar el nivel de ganancia y privilegio del que gozaban con el anterior régimen corruptor, pero además ese Alguien, cometió la osadía de entregarle dinero de sus impuestos al pueblo empobrecido, la prepotente, inmoral, despótica y violenta Derecha se quedó inmovilizada, estática, esto es, CONSERVADORA y anacrónica, lo cual no es extraño en Ellos y Ellas, siempre han hecho lo mismo y de manera bastante cínica: cuando tienen el poder asesinan, despojan y ultrajan, cuando no lo ostentan, solo ambicionan de una manera inmoral y sangrienta.

Sin embargo no es lo predecible de la estrategia social de la Derecha lo que me ocupa. Me preocupa que la izquierda desde algún lugar de su conciencia especulativa, se ha enfermado de editorialismo, se ha enfermado de intelectualismo, y lo más triste socialmente hablando, se ha enfermado a muerte de ceguera, una falta de visión sensible hacia su familia, sus amigos, sus compañeros de lucha, su pueblo.
Es lamentable que la lectura caudillista de la realidad social de México entero, se las esté atrofiando su afán de ser reconocidos como conscientes y CRÍTICOS, es lamentable que la agenda intelectual de tanto conocimiento teórico-critico se haya obsesionado con la figura de AMLO, fingiendo ceguera de lo que la calle les grita, que efectivamente es tan simple como hambre, inseguridad y desigualdad, pero que definitivamente no lo es todo.

Duele observar como compañeros de lucha de décadas están concentrados con feroz pasión en teorizar el fenómeno AMLO, cuestión que reconozco como equilibrada en cierto punto, sin embargo cuando se convierte en obsesión, dejan de leer e interpretar la voz de miles de mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas que siguen movilizándose para nombrar su territorio, su comunidad y su identidad con los conceptos que se producen y brotan precisamente en la calle, el surco, la casa y sobre todo en el Diálogo cotidiano o la charla extraordinaria de la lucha solidaria que siempre legitima el pueblo en su necesidad de cambio, por la justa razón y fuerte argumento, de ser el pueblo el que genera y sostiene esta cultura que siempre se reinventa porque anhela mejor calidad de vida.

Duele demasiado ver a los escritores sectarios asesinando con su pluma al pueblo, que acá desde los pobres les llamamos «chayoteros», pero duele mucho más ver a los que algún día fueron compañeros de lucha y solidarios por conciencia, obsesionados por algo que los legitime como grandes y trascendentes, pero que los dirige a que su texto nos convierta en los invisibles para casi todos, en los que no se ven y no se escuchan aún gritando y pensando, en los que no tienen razón nunca porque tienen una tendencia por un partido, una lucha o un caudillo, como si la neutralidad existiera.

Entiendo que vivimos en una sociedad complicada y hambrienta de reconocimiento, pero quiero decirles a estos geniales compañeros pensadores de los conceptos de las categorías críticas, que los necesitamos, pero no legitimando los egos de quien les escribe, los necesitamos con más alternativas para escribir que un caudillo o un instituto político, porque la calle aún vive y es un ecosistema megadiverso en intenciones, necesidades, posibilidades e ideas en donde se les extraña intensa y fraternalmente.

Extrañamos y somos tristes de sabernos invisibles para nuestros propios Herman@s y Amig@s del oficio de la tinta y la idea, nuestros entrañables compañeros.