Por. Luis Carlos Elizalde
Sólo hay una manera para que el actual Comité de la Secc. 42 del SNTE pueda posicionarse nuevamente en la dirigencia de éste; y esta es comprando, engañando y haciendo uso indebido.
Su pésima gestión ha sido tan frívola, tan vacía, tan gris que nada bueno han tenido, ni tienen, para ofrecer a la base trabajadora. Así que para aspirar a la continuidad no le queda más recurso que comprar inconsciencias; si, leyeron bien, inconsciencias. Porque a un sindicalista consciente, es decir, aquel que conoce la realidad de su entorno y está en pleno uso de sus facultades mentales será imposible comprarlo. Habrá que ver cuántos inconscientes estarán a su disposición. Aquí tal vez puedan encontrar un buen número de allegados, sobre todo aquellos a los que les ofrezcan algún puesto o algo a cambio de sus servicios. Seguramente no faltará aquel que arrastrándose quiera llegar a la cumbre.
Por otra parte tendrán que echar mano de algo en lo que son expertos: el engaño.
Tendrán que engañar a ingenuos, des y mal informados, a timoratos y a tibios porque a una persona suspicaz, informada, valiente y convencida del cambio no la podrán engañar por más que le busquen.
Qué artimañas utilizarán. Las de siempre: Son enemigos de la organización, quieren desestabilizar al sindicato, Quieren acabar con nuestra unidad, Son disidentes, radicales y un peligro para nuestra institución; no los escuchen, no les hagan caso o perderemos lo que hemos logrado.
Nada más alejado de la realidad. El sentido y aprecio por un verdadero sindicalismo de los llamados disidentes es mucho mayor que el que simulan tener los mercenarios de la educación.
Habrá que sumarle a la compra y al engaño el uso indebido de la estructura sindical para impulsar su planilla de unidad; y claro está no escatimarán en recursos de toda índole para lograrlo. Infundir miedo y ejercer presión a través de sus cómplices en puestos de poder es algo que predominará. Repartir dinero, ofrecer acceso a puestos en los que aún tienen injerencia será otra modalidad. Convocar a reuniones “informativas o de trabajo” para hacer proselitismo a favor del ungido es una vieja tradición.
De esta manera ante las próximas elecciones los trabajadores de la educación tendrán tres opciones.
1.- Apoyar con su voto y seguir siendo cómplices de quienes aprovechan los encargos sindicales para lucrar con ellos.
2.- Quedarse en casa, como muertos vivientes, insensibles, siendo omisos de su deber y su derecho a elegir permitiendo así que sean otros los que tomen las decisiones.
3.- Ser protagonistas de la reforma democrática que anhelan y reclaman participando activamente en todo lo relacionado al cambio de dirigencia y por supuesto demostrarlo en las urnas el día de la votación.
Los docentes honestos, responsables y respetuosos, que en el aula con su ejemplo, enseñan (activos) y enseñaron (jubilados) estos valores primarios a sus alumnos tendrán que demostrar en la práctica, a la hora de elegir, que son capaz de tomar decisiones inteligentes e informadas tal y como le han pedido a sus alumnos que lo hagan, con ello también demostrarán congruencia entre su decir y su hacer.