Cuestionó inspectora estatal al ya exsecretario de Educación: Sin recursos humanos, sin maestros ¿Cómo vamos a comenzar? Sostuvimos la educación en pandemia, estamos listos, pero ¿la instancia gubernamental  está lista para cumplir a cabalidad con lo que necesitamos?

Juárez, Chih.- A El Puntero llegó el oficio –que circuló en grupos magisteriales- remitido el 24 de agosto pasado (menos de una semana antes del inicio del ciclo escolar 2021- 2022) por la Inspectora Escolar de la Zona 50 de Ciudad Juárez  (nivel Secundaria del subsistema estatal) , la maestra Migdalia Padilla Rodríguez, al entonces aún secretario de Educación y Deporte, Carlos González Herrera, diciéndole algunas verdades sin rodeos, recriminándole a las autoridades algunas deficiencias de carácter administrativo, laboral y organizativo durante el casi año y medio de educación a distancia –que no todo fue color de rosa como pretenden hacer creer las autoridades detrás de su escritorio-, puestos que no fueron cubiertos aprovechando el contexto de pandemia y advirtiendo y lamentando que tras 15 meses en los que maestras y maestros fueron los que realmente sostuvieron la educación, ahora las autoridades, entre ellas USICAMM, no hicieron su tarea y las escuelas adolecían hace unas semanas, y algunas hasta día de hoy, de una preocupante falta de maestros frente a grupo, directores y subdirectores. La maestra habla de la situación propia de la zona que abarca su cargo, dejando intuir que sería la realidad en muchas otras, asegura que como ha sido la constante desde marzo de 2020 que se suspendían las clases presenciales, las maestras y maestros están listos para hacer frente al nuevo reto, pero pide que cuanto menos las autoridades les brinden como mínimo el recurso humano necesario para ello. Tanto es así que la maestra le pregunta directamente al secretario de Educación y Deporte, si al igual que el compromiso de los maestros está patente, “¿La instancia gubernamental  está lista para cumplir a cabalidad con lo que necesitamos para empezar en este nuevo ciclo escolar?”.

Lic Gonzalez Herrera by Francisco Milla on Scribd

 

En su oficio 016/2020- 2021, de 24 de agosto pasado, la Inspectora de la Zona Escolar 50, se dirige de forma educada e institucional al entonces titular de la SEyD con la intención de hacerle llegar algunas apreciaciones de la realidad que se vive en algunas escuelas y que muchas veces pareciera que las autoridades educativas estatales ignoran o pretenden ignorar de forma deliberada.

Para empezar y para contextualizar su comunicación, la maestra señala que en su zona “en la actualidad contamos con siete Directores y cinco Subdirectores dictaminados de los diez espacios que deberíamos tener en cada una de las funciones antes mencionadas; sólo se cuenta con un Asesor Técnico Pedagógico con especialidad en matemáticas, el cual brinda atención a 256 docente; tenemos el caso de un docente canalizado al área jurídica sin resolutivo desde hace 18 meses, mismos meses que los alumnos no tuvieron maestro y fueron atendidos por personal de apoyo y que seguramente se iniciará el ciclo escolar sin docente”. Añade que el personal adscrito a la zona 50 son 564 personas que atienden a 6 mil 340 alumnos.

Asegura que desde que el 20 de marzo de 2020 que la pandemia de COVID-19 llegó a alterar la normalidad de la educación presencial, las comunidades educativas se han ido adaptando a los nuevos retos que la extraordinaria les fue planteando, lo cual “no ha sido nada fácil”, que primero tenían la esperanza de volver pronto a las aulas, lo cual no sucedió, advirtiendo que “desde mi análisis, la primera situación de crisis más fuerte en el comienzo de la Educación a Distancia, fue la forma de evaluar el último trimestre del ciclo escolar, causando en algunos momentos descontento y frustración ante la necesidad e indicación de no realizar la evaluación, como se venía haciendo, ya que deberíamos tomar en cuenta que muchos de los alumnos no había sido contactados”, sin ser conscientes aún que ese sería un problema minúsculo comparado con lo que vivirían el ciclo 2020- 2021.

“Vinieron en cascada múltiples capacitaciones que en algunas ocasiones eran repetitivas o desfasadas, un sin número de reuniones virtuales, incongruencias administrativas, desorganización al inicio del ciclo escolar por faltantes en los recursos humanos, procesos de ingreso inconclusos, nula convocatoria para la promoción vertical, en este último punto pareciera que la autoridad competente no encontró la forma de subsanar dichas necesidades, quizás pensaron que al no estar presentes físicamente en las escuelas, la ausencia de un directivo, un docente, personal de apoyo y/o administrativo no sería vital; olvidándose que era cuando más se necesitaba sumar esfuerzos, pues estábamos empezando a gatear en un camino lleno de piedras de todas formas y colores”.

Pese a todas y esas no pequeñas trabas y dificultades, asegura la maestra que los colectivos escolares “trataron de construir caminos donde no los había” y fueron los que realmente sacaron adelante la educación durante ese año “Entre incertidumbre, miedo y cansancio por “nos perdimos entre la vida laboral y la vida laboral, perdimos seres queridos, vivimos miedos, pasamos momentos de angustia,…” y que muchos compañeros se refugiaban en su función para escapar un poco de su propia situación y no derrumbarse. Por si fuera poco, recuerda que por la pandemia no pudieron estar al lado de “los que se nos adelantaron en el camino en su última morada”, entre ellos muchos compañeros maestros.

Conforme fue avanzando el ciclo, reconoce que fue haciendo acto de presencia el cansancio, pero en lugar de desfallecer, el magisterio “tomamos fuerzas para concluir el últimos trimestre, entre decepciones por los alumnos que no respondían, algunos por falta de interés, otros por causas económicas, familiares o sociales, y de alegría por aquellos que hacían el esfuerzo supremo por adaptarse y cumplir con la nueva forma de aprender…”.

Relata con especial sensibilidad la forma en que se afrontó el final del ciclo pasado, la incertidumbre de cómo se iba a acabar en todos los sentidos, no sólo el académico. “Todos terminamos muy, pero muy cansados, en el último mes todo nos enfadaba, nos irritaba, y ¿cómo no? Si ya teníamos más de 15 meses en este mismo tenor”.

Mientras esto sucedía, la maestra no duda en denunciar lo que muchos sufrieron pero muchos prefieren callar. “El aparato administrativo seguía funcionando a marchas forzadas, fallas en los procesos administrativos fueron el pan de cada día, no fue culpa de alguien en particular, simplemente estaba claro desde antes de la pandemia que teníamos un sistema de administración de recursos arcaico y lento, que desde hace años os pedía una restructuración, asociado a todo esto con la crisis sanitaria, se hizo más ambiguo, más lento, más burocrático. Situación que poco abonó al esfuerzo de las comunidades escolares, más bien en muchas ocasiones sirvió de desánimo, entrando en etapas de impotencia y desesperación, siempre recibíamos respuestas como ‘la pandemia no nos deja avanzar’, mientras las escuelas se dividían en mil pedazos para continuar dando el servicio educativo por todas las vías de comunicación con los alumnos”.

Pese al enorme e invaluable esfuerzo del magisterio, la inspectora no duda en reconocer que “Lamentablemente la realidad nos decía que no logramos lo que se hubiera querido, lo que habíamos planeado, muchos alumnos se quedaron en el camino teniendo que usar para ellos las siglas CP o CI, para no dejarlos fuera de una oportunidad de continuar en su camino educativo”.

“Hablando de una generalidad, podemos mencionar que de 50 alumnos rescatamos un 50%, el otro 50% sabíamos que tendremos que trabajar muy duro para reforzar sus conocimientos y lograr estándares promedio, que nos permitan avanzar académicamente”, prosigue la maestra, advirtiendo que “el rezago educativo de 18 meses nos tardará al menos 3 años en lograr cierto equilibrio en las aulas”.

“Terminamos exhaustos, hechos garras física y emocionalmente, pero con la firme convicción que hicimos lo que pudimos con las herramientas que teníamos. No quisimos buscar responsables a los resultados, asumimos lo que nos correspondió y seguimos adelante”, continúa en su relato.

Todo ese esfuerzo se vería mal recompensado con un nuevo incumplimiento de la USICAMM para dotar a los planteles de los maestros necesarios. Cuando aún se desconocía si el inicio del ciclo 2021- 2022 sería presencial o a distancia en Chihuahua, la inspectora apunta que “una vez más el magisterio confiaba que los procesos administrativos cambiarían, que USICAMM cumpliera su palabra con cada uno de los lineamientos plasmados en sus convocatorias. ¡Qué tan lejos estaban nuestros sueños de la realidad!”.

Pero no se queda ahí y denuncia: “Once de agosto inicia un nuevo ciclo escolar, por un lado los procesos de USICAMM hechos añicos, su credibilidad por los suelos, los procesos administrativos estancados y con poca dirección. Periodo de cambios y transición de un gobierno en nuestro Estado. Habiendo muchas inquietudes y muy pocas respuestas. Escuelas deterioradas por destrucción natural, vandalismo, robos. Escuelas que no tienen luz, escuelas que sus baños no están funcionales, escuelas saqueadas, escuelas deterioradas por el tiempo.

Directivos que llevan a cuestas una gran responsabilidad, haciéndose garras para estar en todos los lugares que se le requiere, atendiendo simultáneamente capacitaciones intensivas, inscripciones, necesidades de la escuela, situaciones administrativas, entrega de materiales, reuniones virtuales, etc.

Un panorama demasiado desalentador, personal magisterial decepcionado, a punto de extinguir la última luz de esperanza”.

Refiere la inspectora que entonces la Secretaría de Educación y Deporte les presenta la llamada “Estrategia Chihuahua”, que si bien de entrada no se adecúa a todas las comunidades escolares, cuenta con flexibilidad, invitaba a empezar a ver la luz al final del túnel, acompañado además con la decisión de que el inicio de ciclo sería ya de forma presencial, con todos los retos que ello implicaba, valoración y diagnóstico de instalaciones y servicios básicos, personal de apoyo adecuando las escuelas a marchas forzadas, colaboración de madres y padres de familia.

La realidad, desalentadora, colectivos escolares “incompletos por muchas causas: terminación de contratos, terminación de horas interinas, procesos tardíos de reasignación de noveles del proceso 2021, y no menos relevante docentes ausentes en mente por la inconformidad de resultados de los distintos procesos de Promoción, y otros más por los cambios repentinos en la lista de prelación que emana de USICAMM. Pareciera que la Autoridad Educativa responsable no tiene claro el impacto que tiene este tipo de desajustes en un intento de empezar bien este nuevo ciclo escolar”.

Con todo ello, la esperanza con la se concluyó el ciclo anterior “se esfumó mucho más rápido de lo que pudiéramos imaginar. Cancelación de prórrogas a personal interino debido a que la instancia de Hacienda no contempla dicha necesidad de personal en las escuelas, por lo que en los talleres intensivos en donde se analizan y toman las decisiones trascendentales para el desarrollo de todo un ciclo educativo, se encuentran espacios vacíos en donde fueron silenciados por una burocracia administrativa, escuelas con plantillas a medias; la autoridad quizás desconoce que además de la afectación en los centros escolares, se juega con la estabilidad emocional y laboral del personal involucrado, teniendo que prescindir de sus servicios hasta que la instancia Hacienda y la parte Administrativa lleguen a un acuerdo. Mientras tanto las escuelas duraron días sin Trabajador@s Manuales, Secretari@s, Prefect@s, Orientadores, docentes, funciones vitales al inicio de cualquier ciclo escolar, más aún en este nuevo que había muchas cosas que organizar”.

Advierte de la existencia de escuelas donde sólo había un solo directivo tomando decisiones, del “temor, claro que nos invade la inseguridad de lo que nos espera este lunes 30 de agosto”, pese a que entre el magisterio había “una actitud positiva” y se habían hecho esfuerzos para en un tiempo limitado construir la mejor propuesta para cada centro.

“Tristemente día a día que avanzamos hacia el 30 de agosto, lo único que nos llega son los discursos e indicaciones que debemos de regresar, pero no los medios, ni los recursos humanos necesarios para poder iniciar el nuevo ciclo escolar.

Créame que en la Zona tenemos las ganas e intención de regresar, muy a pesar de nuestros miedos e incertidumbres, sin embargo lo que nos falta es tener cubiertas las necesidades mínimas administrativas, recursos para abonar a los protocolos de salud, recursos humanos que nos permitan avanzar hacia esta nueva modalidad.

Estamos en el tiempo que los directores no tienen la posibilidad de hacer cargas horarias, asignar grupos, por no tener completo su personal, siendo una muestra muy simple de los obstáculos con los que a la fecha hay que enfrentar”.

Por si fuera poco, la inspectora señala que con fecha 21 de agosto, a nueve días del arranque oficial de las clases presenciales, se hace un cambio de última hora a la Guía del Consejo Técnico Escolar “echando a la borda horas de trabajo y preparación de personal directivo y docente (…) ¡Una decepción más!”.

“Es un hecho que el maestro regresa a clases, regresa a sus aulas, requerimos que las instancias competentes coadyuven con lo indispensable para regresar, sin los ‘Recursos Humanos’ ¿Cómo vamos a comenzar?, pedimos empatía y solidaridad ante la comunidad escolar, que no quede sólo en discursos ya que esto no abona en nada a un regreso presencial, híbrido o en aquellos casos que es imposible regresar por las condiciones de las escuelas, un regreso de manera virtual, en línea o a distancia mientras todo se equilibra.

Reitero, la Zona 50 está lista y presta para empezar siempre y cuando la autoridad nos facilite lo mínimo para trabajar”.

Todo esto para finalizar la inspectora Migdalia Padilla su escrito al secretario de Educación con la siguiente conclusión y cuestionamiento directo a la autoridad educativa: “Estamos dispuestos y preparados para el esfuerzo adicional que se requerirá en las aulas y que la situación muy seguramente nos demandará, sin embargo, todo esto se logra con Recursos Humanos, personal que tenga certeza en su proceso laboral y profesional, un personal que también sea acompañado en su proceso socioemocional, infraestructura en condiciones mínimas, insisto en la Zona 50 estamos listos con lo que nos toca, la pregunta con el debido respeto sería ¿La instancia gubernamental  está lista para cumplir a cabalidad con lo que necesitamos para empezar en este nuevo ciclo escolar?”.