Por: Abelardo Carro Nava
En los últimos días del mes de julio, el presidente López Obrador, durante su acostumbrada conferencia “mañanera”, convocó a diversos actores a participar en la limpieza de los centros escolares, específicamente señaló: “todos ayudemos a limpiar las escuelas, a qué estén en buen estado. Todos significa la participación de madres, de padres, maestros, maestras, autoridades municipales, de gobiernos estatales, de lo que nos corresponde como gobierno federal” (Forbes, 2021). Llamado que, indiscutiblemente, generó diversas reacciones en propios y extraños.
Tal parece que, la participación de diversos actores en diversas actividades escolares sin que haya un presupuesto para ello se ha “normalizado” porque, si bien es cierto que en el artículo 3º constitucional no se aborda el tema como tal, en la Ley General de Educación (LGE) vigente, sí se establece que los padres de familia, por ejemplo, deben ser coparticipes en la mejora sustantiva de los centros escolares (Art. 128º Fracción III) aunque no se especifica cómo deberán hacerlo. Asunto curioso pues, “normativamente”, por ejemplo, se establece en la LGE algo que se llama “aportaciones voluntarias” (Art. 10 Fracción IV inciso C) no así “cuotas escolares”, sin embargo, la realidad es que el segundo concepto es el que el que permea en buena parte (si no es que en todas) de las escuelas públicas de México puesto que no hay “presupuesto” que alcance para otorgarle a cada institución, lo que necesita para la mejora o atención de sus planteles. Entonces, ¿de qué manera se asegura lo mandatado en dicho artículo 3º constitucional en cuanto a que las instituciones educativas constituyen un espacio fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje (y por lo cual) el ESTADO garantizará que los materiales didácticos, la infraestructura educativa, su mantenimiento y las condiciones de su entorno SEAN IDÓNEOS Y CONTRIBUYAN a los fines de la educación? ¡Vaya paradoja!
¿Hasta cuándo los padres de familia y buena parte del magisterio seguirá absorbiendo muchos de los costos que implica el mantenimiento de los centros escolares? Desde hace tiempo he venido sosteniendo que, dicha “normalización”, le quita una enorme responsabilidad al gobierno federal y a los locales, sean del color que sean.
Los padres de familia, desde luego, que acceden a este tipo de situaciones que, más allá de la “etiqueta” normativa, se viven en cada una de las escuelas. Comúnmente, se piensa, que es por el bienestar de los estudiantes, para que gocen de las mejores condiciones en las que puede desarrollarse el proceso de enseñanza y aprendizaje, y es cierto, pero también es cierto, que muchos profesores asumen esta responsabilidad porque, ¿qué profesional no desea contar con espacio digno y con todos los recursos necesarios para desarrollar su trabajo? No obstante, pregunto ¿cuál es la responsabilidad de estado?, ¿cuál es la responsabilidad de los gobiernos?, ¿cuál es la responsabilidad de las autoridades educativas?, ¿cuál es la responsabilidad de los cuerpos directivos, maestras y maestros, y del resto del personal que labora en las instituciones ?, ¿cuál es la responsabilidad de los padres de familia?
Desde mi perspectiva, el exigir se brinden todos los insumos necesarios para realizar esta actividad, pero también, para que existan las condiciones para un regreso seguro a las escuelas cuando así suceda, no es estar en contra del Presidente o de la Secretaría de Educación, es una exigencia que es muy pertinente si consideramos que muchos padres de familia, al igual que muchos maestros, han tenido que hacer hasta lo imposible para contar con los instrumentos o herramientas que les permitan, por más de un año, dar continuidad al proceso formativo de sus hijos y alumnos, pero, ¿y aquellos padres de familia que perdieron su empleo?, ¿de qué manera podrían realizar una “aportación voluntaria” para la adquisición de insumos de limpieza que la escuela puede solicitar para realizar la misma? No niego que muchos padres de familia tengan la solvencia económica requerida, pero, si nos atenemos a lo dispuesto normativamente, la “aportación voluntaria” es eso, una aportación, no una “cuota” que debe cubrirse en un momento determinado; por tal motivo, fijar una cantidad no sería lo más adecuado, porque el mismo concepto “voluntario” lo dice todo.
Ciertamente, los directivos, con esta situación, la de la indicación impuesta desde el gobierno o las autoridades educativas para el desarrollo de una jornada de limpieza, se encuentran entre la espada y la pared. Por un lado, tienen que cumplir con lo instruido por su autoridad inmediata, pero, por el otro, lograr acuerdos para que las “aportaciones” de los padres de familia las realicen todos y con ello se cumpla con lo mandatado.
Y luego el tema de las maestras y los maestros. No sé si a usted le haya pasado o haya escuchado, pero buena parte de los mentores destinan parte de su salario para la adquisición de diversos materiales que les permitan realizar su labor en su plantel, o bien, para arreglar algún desperfecto en su aula. Lo hacen con gusto o porque ya no les queda de otra puesto que, ante la insuficiencia presupuestal en las escuelas, absorben estos gastos. Un tema, sin duda, del que poco se habla porque, insisto, se ha “normalizado” y minimizado.
Ojalá en las escuelas normales o en las instituciones formadoras de docentes, se incluyera una asignatura en el plan de estudios en el que se especificara las jornadas de limpieza o el destino de alguna parte de su salario para solventar las insuficiencias al interior de sus aulas. Sin embargo, no existe ni existirá. Es parte de un proceso de formación que se gesta a partir de la comprensión de los diversos temas o contenidos que se abordan, pero también, de los contextos de los que provienen los estudiantes y, desde luego, de la asimilación de la función social de la escuela. Ahora bien, en dicho plan de estudios, de unos años a la fecha, se ha incorporado cursos relacionados con la gestión, pero, como sabemos, en ese ámbito indudablemente confluyen diversos actores como los son los padres de familia, las autoridades educativas y gubernamentales, ¿o acaso el docente en formación deberá comprender que se tiene que buscar apoyo en la iniciativa privada para la solución de los problemas económicos de las escuelas? En fin.
Curioso es pues, que se convoque a una jornada de limpieza, pero sin que se refiera cuánto presupuesto va a llegar a las instituciones educativas para este objetivo.
Se habla mucho del regreso a clases presenciales en cada uno de los planteles en próximas fechas, pero no se habla de las condiciones de éstas, ¿acaso no existe un Sistema Nacional de Infraestructura Educativa que, presumiblemente, conoce el estado que guardan éstas?, ¿qué datos tiene?, ¿por qué no los hace públicos y se integran a un análisis serio y profundo para brindar un panorama general y local que asegure ese tan anunciado regreso a clases de manera escalonada mientras se toman otras decisiones en diversos planteles con una matrícula en extremo numerosa? Por ejemplo, ¿por qué la UNAM decidió iniciar su curso a distancia?
Y bueno, para finalizar, tengo claro que la actual Secretaria de Educación, profesora, como lo es, realizó sus actividades docentes en alguna de las miles de escuelas públicas de México. Estoy seguro, que las condiciones de los planteles educativos no han cambiado mucho que digamos desde que ella se encontraba frente a grupo, ¿acaso piensa que los planteles han mejorado en estos años cuando sabemos que el priianismo poco realizó al respecto?
Es cierto, en la más reciente aparición pública de esta funcionaria, con la Secretaria de Gobernación, así como con los gobernadores de los estados, afirmó que la escuela es: “el espacio escolar para socializar, reducir el estrés y la posible violencia que pudieron sufrir (los niños) en sus hogares (y por lo cual) las escuelas son un más que un espacio formativo, son un segundo hogar” (Profelandia.com, 2021). En efecto, la escuela es un segundo hogar, pero este hogar está a cargo del Estado y, hasta el momento, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no ha brindado los insumos requeridos para ese regreso seguro, no ha dado a conocer un plan debidamente actualizado para ello, no ha dado a conocer el presupuesto que se destinará para este propósito; en fin, ¿qué ha hecho?
Con negritas:
La CNTE consideró irresponsable convocar a miles de padres de familia al aseo de las escuelas en medio de lo que los especialistas han denominado la tercera ola (Poy, 2021). ¿Qué ha hecho el SNTE? Emitir un comunicado irrisorio mediante el cual afirma que los representantes sindicales visitarán plantel por plantel para conocer el estado de las escuelas. Vaya forma de simular una defensa de los derechos de los trabajadores de la educación porque, supongo, cada representante sindical emana de la base cuya labor ha estado en alguna escuela pública de México y conoce el estado que guardan éstas, ¿qué datos son los que reportarán a sus respectivos líderes sindicales?, ¿exigirán mayores recursos para habilitar o rehabilitar los espacios físicos si es que, como lo es, las instituciones presentan serias deficiencias? En fin.
Referencias:
–Poy, L. (2021). La CNTE considera irresponsable convocar a miles al aseo de escuelas. La Jornada. Recuperado de: https://www.jornada.com.mx/2021/08/07/politica/009n2pol
–Redacción Forbes. (2021). AMLO insiste en que es indispensable regresar a clases. Forbes. Recuperado de: https://www.forbes.com.mx/amlo-insiste-en-que-es-indispensable-regresar-a-clases/
–Redacción Profelandia.com. (2021). Así defendió Delfina Gómez el regreso a clases presenciales. Profelandia.com. recuperado de: https://profelandia.com/asi-defendio-delfina-gomez-el-regreso-a-clases-presenciales/