Supera deliciense COVID y “hongo negro”; perdió el ojo

Delicias.- El primer sobreviviente conocido de murcormicosis tras padecer COVID-19 en todo México es un chihuahuense que fue atendido en el Hospital Ángeles de la capital, quien perdió un ojo por la infección.

El País explicó tras entrevistar a los que atendieron al paciente que Jaime Díaz de León, de 48 años y oriundo de Delicias, fue diagnosticado en el anterior mes de febrero por mucormicosis rinocerebral, más conocida como “hongo negro”, tras padecer la infección de coronavirus (SARS-CoV-2).

Díaz de León comenzó a manifestar los primeros síntomas del COVID-19 durante la gran ola en octubre de 2020, antes de la implementación del “Supercierre” en la entidad.

“No podía respirar, la voz se me estaba quedando, caminaba 100 metros y me cansaba totalmente”, relató el deliciense. La gravedad de su estado requirió hospitalización, administración de esteroides y oxigenación continúa durante dos semanas.

Tras recibir el alta del hospital por el primer padecimiento, este hombre, de 48 años, comenzó sus visitas a oftalmólogos y neurocirujanos para encontrar una cura a su ceguera parcial, puesto que las cefaleas agudas que le impidieron volver a trabajar en la maquila de productos de salud e higiene donde trabaja.

Inicialmente, cuando acudió al IMSS, le dijeron que las cefaleas eran ocasionadas por su presión alta. Tras semanas sin un diagnóstico claro, Díaz de León finalmente llegó a la capital de Chihuahua a finales del pasado enero para buscar un diagnóstico en otro centro de salud.

En el Hospital Ángeles, además de una extensa relatoría de consultas e hipótesis médicas, el paciente llevaba varias cajas de analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos generales para tratar lo que parecía una inofensiva sinusitis.

El neurocirujano Luis Ordoñez Solorio, uno de los médicos que lo trató, identificó en ese primer contacto una sinusitis severa que destruía la órbita del ojo e invadía la base del cráneo, así como un aneurisma cerebral.

“Aunque en ese momento no existía una confirmación patológica de que se trataba de un hongo, sabíamos que era una infección agresiva y era urgente operarlo”, explicó el especialista.

Tras tratar el aneurisma, un equipo de expertos le practicó otra cirugía para limpiar el contenido infeccioso y liberar los senos paranasales.

Los médicos tuvieron que extirpar el ojo izquierdo, que se encontraba completamente invadido por el hongo, para evitar la propagación de la infección.

Fuente: AlexFerrelNoticias