Por: Profr. Andrés Varela
Hace un par de días que en el perfil de Facebook del SNTE Sección 8 Chihuahua publicaron la noticia del aumento salarial al magisterio: 3.9% al salario y 1.8% en prestaciones, como resultado de un acuerdo con la SEP.
Con una fotografía de la plana mayor del SNTE a nivel nacional y la secretaria de educación pública, Delfina Gómez, el charrismo promociona el mísero aumento a las y los trabajadores de la educación.
Cuando se dio a conocer la noticia, hubo quienes se mofaron y, haciendo cuentas, explicaron que este aumento representa $19 pesos diarios para un maestro/a con plaza base. Como se esperaba, surgieron los memes. Por ahí nos topamos con una publicación que nos sugiere a las y los maestros en qué podemos gastar el gran aumento: en un refresco, en un kg de tortillas, en unos 3 o 4 panes de dulce, etc.
Hubo también quienes dijeron que este gobierno es igual a los anteriores, porque no hubo un aumento considerable y justo para los trabajadores de la educación. Y quizá tengan razón, pero sólo si acotan su crítica a explicar que el aumento al salario ha sido igual de mísero que con los gobiernos anteriores. Porque en términos generales, este gobierno no se parece para nada a los anteriores.
Quizá nosotros no hemos sido parte del sector de la población beneficiado directamente. Era de esperarse, aunque somos parte de la clase trabajadora, nuestras condiciones de vida son diferentes a las de millones de personas que se encuentran en pobreza extrema y a quienes este gobierno ha apoyado como ningún otro.
Tenemos que luchar por mejores condiciones de trabajo, mejores prestaciones y aumentos salariales. Eventualmente, esto nos llevará a entender las precarias condiciones en las que nos encontramos como magisterio a nivel nacional e internacional, siendo uno de los países en los que menos se les paga a las y los maestros. Pero de eso a decir que este gobierno es igual que los demás, hay un largo trecho que es aprovechable políticamente por quienes quieren regresar al México de antes. Porque sí hay un antes y un después a partir del 2018 y es nuestro deber, como ciudadanos informados, presionar para que, progresivamente, las condiciones de vida mejoren y que las transformaciones no retrocedan.
En fin, yo lo que quería decir es que los charros están escribiendo hashtags en la publicación al ritmo de: “todos somos uno”, “snte unido”, y todas esas cosas que les piden que escriban; celebran como si nos hubieran aumentado los millones de pesos. En vez de negociar espacios de representación política con el patrón en turno, deberían presionarlo para mejorar las condiciones laborales de las y los maestros. Pero ¿Cómo íbamos a esperar otra cosa si, en nuestro estado, la secretaria general es la primera en la lista de las diputaciones plurinominales?