Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya
Destacar la figura del tremendo “Serrucho” Valdez y rememorar sus quehaceres en el pasado reciente es hacer justicia al normalismo rural que formó docentes con un alto sentido de responsabilidad y de reconocimiento de su clase, de su origen. El profe, al igual que muchos como él, le daría un alto sentido popular y científica a la educación pública. Su formación pedagógica e ideológica obedecía más a criterios humanistas y democráticos. El desvanecimiento paulatino de esta clase de escuelas y de maestros (as) se debió principalmente al interés de gobiernos fascistas (PRI-PAN) por el temor que les representaba la orientación (marxista) con la que los futuros maestros de las escuelas normales rurales egresaban.
Formar maestros con conciencia crítica no les es redituable a las clases dueñas del país y del dinero. La anuencia cómoda del Estado mexicano permitió y ha permitido que escuelas formadoras de maestros(as) con pensamiento revolucionario y transformador desaparezcan, mas no así; cuando por otro lado se promueve la proliferación de otras muchas conocidas como “patito” tanto ofíciales como particulares.
La desaparición soterrada que se dio con las escuelas normales rurales tenía y tiene el fin de acabar con la resiliencia que aún persiste en diferentes partes del país y de grupos de maestros y estudiantes que luchan por su permanecía. De las 29…(¿?) que llegaron a ser en toda la república mexicana actualmente solo existen 16. En el periodo de Díaz Ordaz en represalia por su activa participación en el movimiento del 68 cerro casi la mitad de ellas.
El Profe Valdez, fue uno de los que inició labores como parte de la primera plantilla de maestros de la Universidad Pedagógica Nacional, (UPN). Formador también de maestros dejó huella imborrable en ahora muchos de ellos jubilados. La ausencia de esta clase de maestros críticos permitió que todas las escuelas formadoras de maestros fueran asaltadas por el charrísimo sindical impactando sobremanera en lo académico, formando maestros (as) sin un perfil profundo en lo crítico, pedagógico y en lo político-sindical. Más claro, la mayoría de plazas fueron ocupadas por los charros de la 8va y la 42. La UPN y la Normal Superior no se le exime de lo anterior. Formar maestros sin ningún compromiso social.
El profe reconocía que la mayor rémora maligna cancerosa adherida al Sistema Educativo era sin duda el SNTE, sindicato pro patronal y charro. La Secc. 42 es el mayor ejemplo de la estulticia sindical, considerada la más charra del país. Él, al igual que muchos como él, lucharon, no sólo por mejorar la academia (pedagógico) sino también la mejora de las condiciones de trabajo de los maestros, sino también dieron ejemplo luchando en lo político – sindical.
El “Secre” o el “Serrucho” como se le conocía al Prof. Manuel Valdez formo parte de esa pléyade de maestros (as) que formaron parte de las gloriosas corrientes sindicales que disintieron políticamente contra el oficialismo sindicalista y que tuvieron resonancia nacional: Acción Revolucionaria Sindical (ARS) y Movimiento Revolucionario Magisterial (MRM).
La participación activa en lo académico, en lo político sindical, de las maestras y los maestros. Martha de los Ríos Merino, Luz Elena Magdaleno Quiñones, Manuel Robles Flores, Rafael Murillo Espinoza y Manuel Valdez Santiesteban. Fueron maestros que le dieron un profundo contenido histórico al trabajo que realizaron en lo académico, político – sindical y popular. El interés supremo de los idos y recordados fue; fortalecer a la educación pública y a la Patria. Su objetivo era sin duda; Formar ciudadanos con pensamiento crítico.
Honor a los imprescindibles, a los que hacen falta y a los que ya no existe.