In memoriam. Profr. Manuel Valdez Santiesteban (Primera parte)

Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya 

La década de los sesenta fue prodiga y promovió un cambio radical en el rostro de nuestra provinciana localidad fronteriza; Cd. Juárez. Sucesos que transformarían la cotidianeidad de vida de los juarenses. Por un lado, en 1964 la llegada masiva de miles de braceros que regresaban al país después del término del programa bracero y la hipotética finalización del conflicto bélico de los EE. UU trajo consigo el crecimiento de la población de nuestra ciudad.
De los migrantes, muchos regresaron a su lugar de origen, pero la gran mayoría se quedó.

Al mismo tiempo, el crecimiento urbano desordenado y anárquico que se experimentaba en Cd. Juárez trajo sólo eso, crecimiento, más no desarrollo. La mancha urbana creció sólo al oriente, el poniente, hasta la fecha es un apéndice al que las diferentes autoridades nunca prestaron atención. Desde aquel entonces en ese lado de nuestra ciudad no se invirtió. No había ganancias. Gobernaba una caterva de ladrones (PRI) que de políticos se convirtieron en dueños de la ciudad. Ellos son los que marcaron la fisonomía de nuestra ciudad –aparte de adueñarse-de ella; aun la siguen marcando.

Varios eventos más complementarían y pondrían los primeros cimientos de lo que es hoy nuestra ciudad, la llegada de la maquila y con ella, un incipiente desarrollo. La transformación radical que trajo consigo la maquila impacto profundamente la vida de los juarenses. La economía de las familias mejoró, aun a pesar de los salarios de miseria, la industria maquilera siguió creciendo.

Aparejado, su presencia también aportó el advenimiento de las primeras escuelas de nivel medio, medio superior y superior. Tecnológico de Cd. Juárez. Secundarias Estatales 2, 3 y posteriormente la UACJ.

En esa década nace una emergente juventud rebelde que ofrenda y encamina con sus luchas y demandas a una nueva conceptualización de las relaciones humanas. –“Nuestro país no sería la excepción México 68”- es, el parteaguas histórico en el que se forma una nueva generación valiente que da una pintadita de democracia al mundo.

“El secre”, como le decían al Profr. Manuel Valdez, por la labor que realizaba en la Escuela Normal Rural de Villa López, en la que tuvo su primer empleo como almacenista. Él era uno de esos maestros inquietos que llegarían a nuestra ciudad con las ansias que da la rebeldía de una juventud llena de ideas que se manifestaban desde la creación del normalismo rural en nuestro país: formar docentes con pensamiento crítico y cargado de ideas “socialistas”. Doctrina con la que los egresados pretenderían transformar su contexto social.

Una pléyade de maestros que venían de la Normal Rural de Salaices llegó a nuestra frontera a trabajar en las escuelas de nueva creación. El Profr. Valdez se incorporó a la Escuela Estatal Fray Toribio Benavente T.V. El Profe, al igual que muchos de sus compañeros se empezaron a organizar políticamente dentro de la disidencia magisterial y fueron de los primeros en exigir mejoras salariales y defender los exiguos derechos que tenían los trabajadores de la Educación en el Estado y, además de la demanda de contar con servicio médico. La lucha apenas empezaba, el Profr. Manuel Valdez junto con los recién llegados serian la punta de lanza impactarían sobremanera a nuestra ciudad.