Por: Rosalío Morales Vargas
Rehenes en prisión de atrocidades
Sus voces infantiles nos conmueven
El desconsuelo en playas de abandono
Los niños arrojados a su suerte
Su trashumancia en busca de la nada
Surfeando los peligros inminentes
Niñez migrante en cruce de desiertos
Y fronteras con muros de intemperie.
Exhala abril sus últimos suspiros
Y otra niñez padece en cruel ambiente
Infancia víctima de la violencia
Armas embraza para defenderse
Construidas de harapos esas vidas
Ningún motivo para estar alegres
Sus derechos de infancia cercenados
Ante el tétrico manto de la muerte.
El látigo, el maltrato como crianza
Los hogares con tósigos hirientes
Tejidos con las hebras del abuso
La barbarie exhibiendo sus poderes
Y que decir de niñas comerciadas
En lupanar de trata pestilente
El miedo y el dolor en sus ojitos
Ante una sociedad indiferente.
Existe incertidumbre en el camino
Sin embargo en un diálogo vehemente
Develar nieblas de la desmemoria
Y proteger las vidas inocentes
Otro modo de sentipensamiento
Apenas por ahora va en germen
Serán niñas y niños muy felices
Sin murallas de odio ni cuarteles.