Ciudad de México. En el Día Internacional de Lucha contra las Presas, este 14 de marzo, organizaciones y comunidades integrantes del Movimiento de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder), expresaron su rechazo a la Ley de la Industria Eléctrica, porque sigue promoviendo esos vasos como “energía limpia”.
Advirtieron que priorizar las hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), podría motivar la reactivación de proyectos que actualmente se encuentran suspendidos o impulsar otros nuevos.
En un comunicado, Mapder mencionó al proyecto hidroeléctrico Puebla 1 en comunidades totonacas, que pretende beneficiar a Walmart, Suburbia, Vips, entre otras grandes empresas, además de 16 mini hidroeléctricas en el Río Bobos Nautla en Veracruz. También los planes de las presas hidroeléctricas La Parota en Guerrero, Las Cruces en Nayarit, “Paso de la Reina” y el Proyecto Hidroeléctrico Río Verde, en Oaxaca.
Actualmente, indicó, a nivel nacional hay 29 hidroeléctricas que cuentan con permisos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y que se encuentran en fase de construcción o de planeación.
Señaló que durante los últimos 20 años se evitó la imposición de grandes proyectos de presas, pero persiste aún la amenaza de destrucción ecológica, cultural y social a los pueblos afectados por proyectos que aún no ha sido cancelados como el Sistema Presa El Zapotillo–Acueducto Zapotillo León – Presa El Purgatorio, en Jalisco, promovida por las empresas españolas FCC y Abengoa y las mexicanas Hermes y La Peninsular, que pretende represar el Río Verde para beneficiar a la industria automotriz e inmobiliaria de Jalisco y Guanajuato.
Mapder señaló que a ello se suma la criminalización y hostigamiento a defensores de los ríos ha sido una constante en el país, y este año sin haber transcurrido tres meses, fueron asesinados Fidel Heras Cruz defensor comunitario y autoridad agraria, integrante del Copudever en Oaxaca y Miguel Vázquez Martínez integrante de la Alianza de Comunidades del Río Bobos Nautla en Tlapacoyan, Veracruz.
Fuente: La Jornada.