-El ex gobernador tiene una capilla personal en su rancho El Saucito en la cual, entre santos y la mesa que ahí se encontraba, destaca el sillón que el papa Francisco usó durante su visita a México.
César Duarte no sólo tenía su corona, El Saucito, también tenía su trono, uno muy especial y valioso: un sillón blanco con el escudo del Vaticano que usó el papa Francisco en su primera y única visita a México en 2016.
Ni los reos de Ciudad Juárez a los que ofició una misa se atrevieron a tanto. Pero sí su anfitrión, el ex gobernador de Chihuahua que se apropió, por llamarlo de alguna manera, del mueble usado por el pontífice.
Hace cinco años el papa Francisco visitó diferentes puntos del país: Ciudad de México, Ecatepec, San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Ciudad Juárez, donde cerró su gira y fue despedido por el entonces presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, así como por diversos integrantes del gabinete.
En esa ceremonia también estuvo César Duarte, quien era gobernador del estado y se encargó de cada detalle de la visita. A los pocos meses, José Guadalupe Torres Campos, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, anunció la conformación del Museo del papa Francisco. Este espacio contaría con la cama donde descansó, el comedor en el que compartió los alimentos, un reclinatorio y otros objetos que utilizó el día de la visita.
Sin embargo, el museo no se edificó y el destino de los muebles se desconocía hasta que en octubre de 2019 agentes de la Fiscalía General de Chihuahua abrieron la capilla privada de Duarte en su rancho El Saucito, y ahí encontraron un sillón y un reclinatorio.Por la posición en que lo encontraron, el fiscal general, César Peniche, afirma que Duarte usaba el mobiliario. “Estaba al centro de la pequeña capilla, el lugar que usaba, nos dicen los testigos”.
La capilla está ubicada en lo alto de un monolito frente a El Saucito. Dos sencillas puertas de madera color naranja la resguardan. Cuentan los vaqueros que “fue escarbado a mano, pese al riesgo, porque el gober quería que entrara más gente”.
Aún se conservan sillas, veladoras, imágenes religiosas y una pesada loza de mármol que hacía de altar para los curas que hasta ese punto eran llevados. El sillón se encuentra en una de las bodegas de la fiscalía, como miles de objetos incautados al ex gobernador.
Se espera que una vez que se resuelva su situación jurídica se puedan subastar para entregar esos recursos al erario.
Fuente: Milenio