Por: Rosalío Morales Vargas
Es pandémico el mal abominable
Y extendido a lo largo de la historia
El machismo es inicuo y execrable
No contiene ni un ápice de gloria.
Asoma en el portal su rostro umbrío
En el humo de dogmas se apoltrona
Su mirada produce escalofrío
Ejerce un exabrupto que aprisiona.
Con la fuerza motriz de la codicia
Y la avidez brutal por posesiones
Ofende, aplasta, humilla su estulticia
Con arrogancia exhibe sus galones.
Radica su poder en la riqueza
Y en el silencio cómplice e impune
Producir miedo es su naturaleza
A este virus nadie es inmune.
Entona la canción de inequidades
Y reclama soez su privilegio
Abomina le digan sus verdades
Cualquier señalamiento es sacrilegio.
Desatada pulula la violencia
Feminicidio, acoso, mil ultrajes
Devastadoras son las consecuencias
De horror y misoginia los mensajes.
Las mujeres en lucha sin descanso
Destrozan ya cadenas del agobio
Sin darse tregua, sin algún remanso
No validan regímenes de oprobio
Es ejemplo el combate feminista
Por liquidar sistemas patriarcales
Que cese el vilipendio y no persista
El grillete de hechuras imperiales.
Lucha global de género y de clases
De etnias y naciones oprimidas
Se articulan, se dan entre trasvases
Así ninguna lid está perdida.
Esgrimiendo acuciosas sus saberes
Se llegará al lugar tan anhelado
En la marcha triunfal de las mujeres
Se afirma » no es eterno el patriarcado».