Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz
Después de un largo debate y de la presentación de una reserva por parte de la diputada Adela Piña Bernal, finalmente en el Congreso se consiguió otorgar más recursos a las Escuelas Normales del país en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021. De este modo, a los raquíticos 20 millones de pesos que para el próximo año se le asignaría a la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), de la que dependen las Normales, se agregaron 149 millones, haciendo un total de 170 millones.
Podrá decirse que sí hay una diferencia sustancial. Esos 149 millones de pesos adicionales al presupuesto normalista parecerían no ser poca cosa, aunque su relatividad va en función de los fines que se pretendan y, en este caso, desde el ámbito educativo, quizá no haya muchas otras prioridades más altas: la formación de los docentes. No se debe perder de vista que, aún con el monto asignado de última hora, la reducción al presupuesto de las Escuelas Normales es considerable e histórica, pues pasó del 95% a 60%, con respecto a los recursos de años previos.
No hay, pues, nada que celebrar. Qué bueno por los diputados que hicieron posible por corregir, al menos un poco, los ínfimos recursos que se pretendían otorgar a la formación docente. Sin embargo, el monto sigue sin estar a la altura de la tarea a la que se destinarán. Ha sido vergonzoso que las Escuelas Normales, tan ensalzadas en los alegres discursos oficiales, tengan que mendigar recursos económicos y recuperarlos, de última hora, con el rosario en la mano. Qué penoso que el popular refrán, “de lo perdido, lo que aparezca”, tenga que servir de consolación a estas instituciones que sin duda deben ser piedra angular de la revalorización del magisterio. Es indignante que, de no ser por la presión ejercida por las autoridades normalistas y otros actores educativos, probablemente se habría concretado una reducción presupuestal descomunal, cercana al total de recursos recibidos en otros años.
Los docentes y, en general, toda la comunidad educativa, deben tener presente este episodio tan lamentable. No se debe olvidar que es responsabilidad del poder ejecutivo la confección del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y que, precisamente en el proyecto del próximo año, se planteaba un golpe contundente a las escuelas forjadoras de maestros. Independientemente de la modificación presupuestal posterior, han quedado exhibidas las originales y perversas intenciones del poder ejecutivo para con las Escuelas Normales. Se debe recordar siempre, cada vez que se escuchen los alegres discursos reivindicadores del magisterio que salen de la boca de los miembros del poder ejecutivo que, si por ellos fuera, hubieran hundido presupuestalmente al normalismo, quitándole el 95% de sus recursos. Quedó demostrado que, hasta el momento, la revalorización del magisterio es mas que una genuina expresión de respeto hacia los profesores, una muestra de demagogia barata.
¿Qué tanto se recuperó con la modificación al Prespuesto de Egresos de la Federación 2021? En términos cuantitativos, evidentemente hay una diferencia entre la reducción asfixiante del 95% y la muy grave de 60%: son 170 millones de pesos. Sin embargo, arrebatar el 95% o el 60% de los recursos tiene, a fin de cuentas, exactamente el mismo fondo: un profundo desprecio por el normalismo. Un político pintoresco, al calificar su ejercicio en la función pública, confesó, con extraño razonamiento ético, sí haber robado “pero poquito”; a todas luces equivocado, el ex edil nayarita atenuaba sus malos actos en virtud de la magnitud de los mismos, sin advertir que robar es robar, poco o mucho dinero. De la misma manera, traicionar es traicionar (sin importar la diferencia en pesos) y eso es, exactamente, lo que la clase gobernante ha hecho a las Escuelas Normales. Que haya memoria.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85