-Dificultad para comer y luego la sensación de que los alimentos se quedan atorados en el pecho, ardor, hipo y vómito, son algunos de los síntomas que aparecen cuando las personas sufren de reflujo gastroesofágico.
La enfermedad ocasiona que se devuelvan los contenidos estomacales (alimentos o líquidos) hacia el esófago, conducto que va de la boca al estómago, lo que causa irritación y acidez, informó la coordinadora de Salud Pública en la Oficina de Representación Chihuahua del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctora Brenda Ramírez Vega.
Indicó que en el proceso de alimentación la comida llega al estómago y un anillo de fibras musculares, llamado esfínter esofágico, impide que se devuelva hacia el esófago.
“Si este músculo no cierra bien, entonces se produce el reflujo gastroesofágico, que es el causante de todas las molestias”, detalló.
Agregó que algunos otros síntomas incluyen acidez gástrica, que aumenta al agacharse, inclinar el cuerpo, acostarse o comer, así como tos, ronquera, cambios de voz y dolor de garganta.
Entre las causas que incrementan el malestar en los adultos se encuentran el consumir alcohol, algunos medicamentos, una hernia en cualquier parte del estómago, obesidad, embarazo, tabaquismo y alimentarse con comida irritante o muy condimentada.
Indicó que en los bebés suele presentarse el malestar debido a que aún no maduran correctamente las funciones del organismo, pero con el paso de los días se suele corregir.
No obstante, si ello no mejora, un médico debe valorar y proporcionar el tratamiento necesario. Raras veces se requiere de una intervención quirúrgica para solucionar el problema.
Asimismo, Ramírez Vega señaló que generalmente hacer un cambio en el estilo de vida ayuda a eliminar las molestias. Por lo tanto, puntualizó que “es necesario identificar los alimentos que causan irritación y sustituirlos por otros que sean menos agresivos con el estómago”.
“Si es un medicamento el que ocasiona los problemas, es necesario comentarlo con el médico para ver la posibilidad de cambiarlos o agregar algún otro que minimice las molestias, pero jamás suspender el medicamento sin haber consultado antes con el especialista de la salud”, añadió.
Ramírez Vega resaltó que la mayoría de las personas responden positivamente ante pequeños cambios. Sin embargo, si se presenta sangrado, ahogamiento, dificultad para respirar, vómitos frecuentes, ronquera, dolor para deglutir, así como pérdida de peso, deberá acudir con su médico.
Finalmente, exhortó a todos los derechohabientes que identifiquen este problema a que acudan a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) que les corresponda, para que el médico indique el tratamiento a seguir.