- Se conmemora el 28 de agosto para impulsar una sociedad incluyente y comunidades amigables con las personas mayores, que favorezcan su participación activa en medio de la crisis sanitaria que puso de manifiesto discriminación y desigualdades
Chihuahua.- Este 28 de agosto conmemoramos en México el “Día Nacional de las Personas Mayores”, fecha que se celebra desde hace 22 años en el país, en un inicio como Día del Anciano, título que fue cambiado posteriormente a Día Nacional del Adulto Mayor, y que hoy el Instituto Nacional de las personas Adultas Mayores (INAPAM) cambia nuevamente con la clara intención de emplear un lenguaje incluyente.
Esta decisión tiene como finalidad considerar también a las mujeres mayores, quienes forman la mayoría de este grupo poblacional, no de los “abuelos” ya que esta denominación tampoco incluye a las abuelas; ni todas las personas mayores son abuelos o abuelas, ni todas las abuelas o abuelos son personas mayores.
En un comunicado, el INAPAM enfatiza que esta celebración ofrece un espacio para felicitar a las personas mayores y brindarles un reconocimiento por sus aportaciones actuales y potenciales al desarrollo cultural, social, económico y político de la sociedad mexicana y sus comunidades.
Pero especialmente, para impulsar la lucha por el reconocimiento y pleno ejercicio de sus derechos.
Menciona que este año, la celebración se lleva a cabo en medio de una crisis sanitaria, que ha puesto de manifiesto las enormes desigualdades y discriminación que enfrentan las personas mayores y que obliga a reflexionar sobre su situación en dicho contexto.
Señala que durante el anterior régimen político el incremento de la esperanza de vida y el crecimiento poblacional de personas mayores fue visto, no como un logro de la humanidad, sino como una pesada carga financiera para los sistemas de salud y de pensiones.
En ese contexto, advierte, la vejez se convirtió en sinónimo de vulnerabilidad, enfermedad y dependencia.
“Una visión estereotipada de la vejez ha llevado a que se estigmatice y se discrimine a las personas mayores, en muchos casos, señalándolas como la población vulnerable en general, como la población más susceptible de contraer el virus y por tanto de trasmitirlo e incluso, en algunos casos extremos, como una población que podría ser sacrificada o debería auto sacrificarse para dar preferencia de atención a las personas más jóvenes”, según dice el comunicado.
Señala que no todas las personas mayores están en condiciones de vulnerabilidad o dependencia, y aquellas que padecen enfermedades como diabetes o hipertensión, en su mayoría, dichos padecimientos no aparecieron al llegar a la vejez, sino que son producto de un curso de vida determinado por las condiciones socio económicas.
“Cada persona envejece de forma diferente, las condiciones que en el curso de vida nos afectan como individuos y como integrantes de nuestras comunidades, determinan hoy las condiciones en que enfrentamos la crisis sanitaria”, explica el INAPAM.
Menciona, que la estrategia para la mitigación de la epidemia, en el caso específico de las personas mayores, hizo énfasis en que se quedaran en casa y que no fueran visitados, centrándose casi exclusivamente en las que viven solas; poco se consideró a las que viven acompañadas, a las que realizan labores de cuidado dentro y fuera de su hogar y a las que tienen que salir a trabajar.
Además se enfatiza que, la implementación de la estrategia de “Quédate en Casa”, al establecer el resguardo prioritario de las personas mayores en sus hogares, puso de manifiesto:
1) La presencia y relevancia de las personas mayores en las actividades del campo, de la industria, los servicios, el comercio, el hogar, el gobierno y la salud.
2) Que muchas personas mayores no pudieron quedarse en casa por no contar con una pensión por jubilación, y tuvieron que seguir trabajando, muchas de ellas en condiciones precarias, de informalidad y riesgo.
3) Que muchas de las situaciones que afectan a las personas mayores que normalmente se encuentran en sus casas, se han visto incrementadas y empezaron a ser sufridas por otras que tuvieron que quedarse ahora.
En ese contexto, el INAPAM señala que la experiencia de esta crisis sanitaria plantea la imperiosa necesidad de avanzar hacia una sociedad más humanista, solidaria y colaboradora, que disminuya las desigualdades, garantice los derechos y sea capaz de ofrecer bienestar a todas las personas durante todo el curso de su vida, y que ofrezca a todas y todos, una vejez digna de ser vivida.
En esta nueva realidad, advierte, es necesario impulsar una sociedad y comunidades amigables con las personas mayores, con una perspectiva de curso de vida y diversidad, que favorezca su participación activa, incorporando la experiencia que está dando esta crisis sanitaria. Una sociedad incluyente basada en principios de:
- No discriminación
- No estigmatización
- Valoración de las personas mayores y su contribución actual y potencial a la sociedad
- Dignidad, independencia, protagonismo y autonomía de las personas mayores
- Participación, integración e inclusión plena y efectiva en la sociedad
- Bienestar y cuidado
- Seguridad física, económica y social
- Autorrealización
- Solidaridad
- Apoyo intergeneracional
- Buen trato y atención preferente
El INAPAM señala que para ello es necesario el fortalecimiento y creación de redes sociales de apoyo, de y para personas mayores; impulsar la ampliación de espacios de trabajo digno y seguro para las personas mayores; e impulsar un Sistema Nacional de Cuidados y una Nueva Ley General de los Derechos de las Personas Mayores.
También menciona que es necesario favorecer la participación activa de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida nacional; y generar una nueva cultura de la vejez y el envejecimiento activo con bienestar, especialmente con la participación del sistema educativo nacional y los medios masivos.