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Acusan a Julián Lebarón y su gente de golpear a policías y cerrar comandancia en Galeana; Pidió cese de municipales, los acusó de proteger a grupo delincuencial, pero pobladores dicen que el motivo fue otro

Galeana, Chih.- Pobladores de Galeana señalaron a varios integrante de la familia Lebarón, encabezados por Julián Lebarón, de sacar a golpes a los policías municipales de la comandancia y cerrar ésta, acusándolos de extorsiones, torturas y trabajar para el mismo grupo organizado que cometió el brutal ataque contra miembros de sus familias, en el que murieron tres mujeres y varios niños. Producto de ello, ya habría un ex director de la Policía Municipal de Janos detenido. No obstante, hay conocedores de la problemática que apuntan que el pleito suscitado hoy tendría origen en la detención de varios jóvenes de dicha familia que fueron obligados a reparar los desmanes que hicieron en la comunidad de Lagunitas, una especie de territorio sin ley, donde graffitearon el tinaco que abastece de agua a las casas de la comunidad y derribaron una estatua emblemática de dicha comunidad.

 

Según pobladores, Julián Lebarón ordenó que cerraran la comandancia, sacaron a los policías a golpes y uno de ellos estaría muy lastimado. Afirman que con él iban varios miembros de la familia y empleados, en total alrededor de unos 150 hombres, y que los policías federales que conforman la escolta de la familia habría sido testigo de los hechos.

Los anteriormente citados –según se puede apreciar en un video- habrían llegado a la comandancia con un oficio en mano que Julián aseguró le querían entregar al presidente municipal y al que dio lectura.

En él señalaba que el director de la policía municipal de Janos se encontraba en prisión acusado de ser “uno de los que le dispararon más de 3 mil veces a mis primas, ustedes trabajan para la misma organización”.

Dicho esto, pedía en el documento al alcalde que tuviera a bien iniciar “el proceso administrativo para la remoción definitiva del total de funcionarios que hasta el día de la fecha integran el estado de fuerza y ejercieron funciones de policía preventiva en el Municipio de Galeana en el que usted ostenta la presidencia”.

“Lo anterior a razón de los abusos de poder, extorsiones, torturas, robos, vínculos con el crimen organizado que han desarrollado los integrantes de esta corporación”, se escucha decir a Julián al seguir dando lectura al escrito.

Acto seguido es interrumpido por un poblador del lugar, el cual obedecería al nombre de Armado Villa, que le pide a Julián que así como ahora se erige en juez, haga lo propio ante los abusos que su padre ha cometido contra habitantes de la región, echándole en cara amenazas recibidas y el despojo de un rancho.

En un cruce de palabras entre Lebarones, pobladores y policías, se puede escuchar a Julián Lebarón diciendo a los policías “ustedes no son aquí la última autoridad, nosotros lo somos”.

En los videos no se aprecia el momento del cierre de la comandancia ni el momento en el que se pasa de las palabras en el golpe, en uno de ellos se aprecia ya a un policía municipal tendido en el suelo auxiliado por varios compañeros, y en otro como personas de la colonia Lebarón quitan el freno de mano a dos patrullas y las mueven a pulso con personas cargadas en la parte trasera.

Conocedores de la realidad que se vive en la región aseguraron que día de ayer Julián Lebarón hablo en una radiodifusora para hacer un llamado a desconocer a la policía municipal de la región, e hizo una convocatoria amplia para cerrar las comandancias.

Estos sostienen que el enojo surgió cuando policías municipales arrestaron a un grupo de lebarones que  el fin de semana, al  regresar de Estados Unidos, empezaron a cometer desmanes en la comunidad de lagunitas, grafitearon el tinaco de agua potable que surte al pueblo, así como diversos lugares poniendo sus nombres en inglés, lo cual los pobladores interpretaron como un acto cuya intención era de dejar claro a quién pertenece ese lugar. Asimismo apuntan que hace un mes  tiraron la estatua de Abdenago G. García, que es emblemática en ese pueblo.

Apuntan que la Policía Municipal detuvo a los vándalos, los remitió a la comandancia, exigiéndoles que despintaran los grafitis y colocaran de nuevo la estatua derribada. Eso, apuntan, habría encolerizo a Julián Lebarón, quien afirman que utilizó la radio para convocar y acusar de que habían torturado a los detenidos.

Siguiendo ese llamado, refieren que aproximadamente 150 mormones de la colonia Lebarón  y sus trabajadores, cercaron las instalaciones de la Policía Municipal y que Julián habría ordenado cerrar con cadenas el lugar. Quienes sostienen esta versión denuncian que “insultó a los policías, los intimidó, y finalmente ordenó que los sacaran  a golpes, uno de ellos sufrió fractura de costillas, después procedió a colocar cadenas en la comandancia”.

Asimismo acusan a dicha familia de despojar de sus tierras a campesinos pobres, que se niegan a denunciar por temor. De hecho, afirman que hay un testimonio de un hombre que se enfrentó a Julián Lebarón y que vive amenazado de muerte.

“El Señor Armando Villa fue despojado de cinco hectáreas de nogales por Julián Lebaron, con lujo de violencia y escoltado por policías federales que son sus escoltas, un año y ocho meses duro el litigio ante los tribunales agrarios,  que finalmente obligaron a Lebarón a devolver el rancho La Victoria a su dueño.  En venganza por haber perdido el pleito, Julián ordenó que derribaran los 600 nogales de la huerta y tiene una denuncia en su contra de daños por más de cuatro millones de pesos, hoy  hace exactamente hoy un año que le fueron devuelto el rancho”, aseguraron.

 

 

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