-Nació a las 29 semanas de gestación, con un peso de 1 kilo 500 gramos
-Debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, es la primera recién nacida en esas condiciones que recibe atención integral en el HGSZ No. 22, único en la región con los recursos necesarios para atender estos casos
Nuevo Casas Grandes, Chih.- A sus casi tres meses de edad, Sofía es considera como una verdadera “guerrera”. Nació el pasado 1° de abril con 29 semanas de gestación en el Hospital General de Subzona (HGSZ) No. 22 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, donde permaneció 51 días en el área de cuneros patológicos, único en la región.
Por sus condiciones de salud y en una situación normal, debió ser trasladada a Ciudad Juárez para su atención en el área de neonatales; sin embargo, para evitar cualquier riesgo ante la emergencia sanitaria del COVID-19 se determinó atenderla en esa unidad, que cuenta con el equipamiento necesario y pediatras calificados.
Sofía es hija de Itzel Martínez Guillén, de 16 años de edad, y Kevin Arellano Leos, de 17 años. Nació con pocas posibilidades de vida, existía el riesgo de que todos sus órganos fallaran, que desarrollara problemas cerebrales, pulmonares e infecciones que la llevaran a la muerte.
Gracias a la atención rápida, adecuada y oportuna, así como la dedicación y el cariño brindado por los médicos y enfermeras del HGSZ No. 22, la pequeña se recuperó satisfactoriamente. El 22 de mayo egresó al alcanzar un peso de 2 kilos, respirar por sus propios medios, alimentarse del seno materno y no presentar ninguna secuela.
“Fue una paciente muy pequeñita, prematura extrema, que requirió muchos cuidados. Pasó de estar en ventilación asistida en un respirador, a respirar por ella misma. Desde su nacimiento, se informó a sus padres que existía la posibilidad de muerte en cualquier momento, pero gracias al trabajo de todo el equipo médico, Sofía salió adelante”, informó Julio Mosqueda Luján, uno de cinco pediatras que la atendió.
Para la enfermera general Isabel Blancarte Prado, esta atención médica “fue una experiencia muy bonita, estuvimos con ella día con día, nos tocó darle seguimiento, desde alimentarla, darle sus baños, hablarle, darle confianza a ella y también a sus papás”.
“Yo la sentía como mi hija, por eso me dio mucha tristeza cuando la dieron de alta. Fueron sentimientos encontrados: de tristeza y alegría. Después de tanto tiempo de estar con ella, Sofía ya era parte de nosotros”, agregó Blancarte Prado.
Asimismo, refirió que a los siete días de nacida, la pequeña “agarró el tubo y se lo quitó, como diciendo: ¡ya! En ese momento estuvimos todos atentos, médicos y enfermeras. Afortunadamente respondió muy bien y no hubo necesidad de volver a intubar. De ahí en adelante, evolucionó positivamente”.
Por su parte, la madre de Sofía nunca imaginó llegar ese 1° de abril al hospital del IMSS en trabajo de parto.
“Yo iba para que me atendieran de unos dolores muy fuertes, para que me los controlaran. Pero cuando llegamos, la bebé ya estaba prácticamente afuera. Me sentí muy triste cuando me dijeron que a lo mejor no sobrevivía”, comentó.
“Mi hija es una guerrera. Me está dando muchas lecciones, me está haciendo una mamá muy fuerte. En el hospital la trataron muy bien. Estoy muy agradecida con todos, médicos y enfermeras. Son excelentes, son muy buenas personas”, resaltó.
“Al Instituto Mexicano del Seguro Social le agradezco por tener tan buen personal en sus instalaciones, por tener ese trato que brindan, porque es muy buen hospital, subrayó.