Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
La armonización de la Ley de Educación recientemente aprobada por el Congreso del Estado, lejos de generar certeza, al parecer deja lugar a interpretaciones que en su momento buscarán ser aprovechadas por las partes interesadas para lograr sus respectivos beneficios.
El artículo tercero transitorio es el que más polémica levanta, pues de ahí se deriva la incertidumbre de saber si las prestaciones adquiridas hasta antes de la entrada en vigor de la ya derogada Ley del Servicio Profesional Docente serán retomadas ahora con el marco normativo vigente.
Lamentablemente, el precepto en cuestión permite que siga siendo cuestión de voluntad de los gobernantes en turno el “querer” regresar al magisterio lo que jamás debió perderse, el tiempo completo mixto (Clave L), los ¾ de tiempo, horas cocurriculares e IRP por ejemplo, dependerán de la disposición, colaboración, sumisión y/o sometimiento de ambas o de una de las partes según sea el caso.
Si unos ven con buenos ojos este primer paso de la armonización de la ley federal con la local y otros ven una mascarada o una simulación más, es precisamente por la falta de claridad en la redacción final que lleva a los y las docentes a un grado de esperanza o desesperanza igual o peor al que se estaba anteriormente pero mientras las prestaciones seguirán durmiendo el sueño no de los justos sino de lo injusto.
¿Puede alguien, con la seguridad que brinda la razón, definir sin titubeos ni suposiciones si lo hasta ahora perdido regresará? O ¿Se atreverá algún actor educativo o legal a afirmar con certeza, sin temor a equivocarse, que dichas prestaciones se han perdido en definitiva?
Por si no fuera poco el estrés provocado por la pandemia, las clases y actividades virtuales y el sin fin de circunstancias atípicas que envolvieron el ciclo escolar por concluir, ahora el magisterio es víctima de una Ley poco clara, ambigua que puede prestarse al chantaje y la manipulación si es que no se fortalece con la fuerza de la verdad y de la legalidad.
Los y las docentes del Estado han resistido estoicos por varios años el desdén gubernamental, ahora para este caso, hubo algunas voces de legisladores para que la Ley se revisara a fondo y evitar confusiones en su redacción; no fueron escuchados.
Mientras…el magisterio a seguir esperando.