Por: Rosalío Morales Vargas
Se derramaba el día en sus oros vespertinos
De súbito tornose rojizo el horizonte
La vesánica ira del poder asesino
Salpica en sangre joven los muros de tezontle.
Atardecer de junio en Ribera de San Cosme
En el trágico Jueves de Corpus aletea
Implacable la muerte y su bandada de halcones
Inmolando a estudiantes en desigual pelea.
Se ha transmutado en sombras la luminosa tarde
La Calzada de México – Tacuba presencia
Con estupor y rabia un nuevo círculo que abre
Otra página negra, otro agravio a la conciencia.
Una nueva camada rescata la memoria
Con sueños libertarios reescribe hoy la historia