Por: Red por la Participación Ciudadana
Paquita Jiménez imaginó un mundo donde todas las personas cabíamos, un mundo más justo y solidario, donde la voz de cada una pudiese ser escuchada, y los derechos eran ejercidos. Y eso, fue lo que motivó a Paquita a recorrer esa noble travesía, la de luchar por el mundo que imaginó. Paquita camino muchos caminos y lo hizo de la mano de muchísimas personas sumamente valiosas, unidas por una esperanza y un profundo sentido humano. Paquita logró ver un pedacito del mundo que imaginó, nos toca construir lo que faltó.
Sentimos un enorme dolor y una profunda tristeza con la perdida de Francisca “Paquita” Jiménez Barrientos, coordinadora de la Red por la Participación Ciudadana, al mismo tiempo celebramos su vida entregada a las causas, con cariño y solidaridad.
Paquita ha sido un pilar vivo en la evolución democrática y derecho humanista de Chihuahua en los últimos 30 años, luchando por la defensa de los pueblos originarios, el acceso a la información y la ampliación de los derechos humanos, con una pasión y entrega admirables, pero sobre todo con la profunda convicción de que otra realidad no solo es posible sino necesaria y urgente.
Paquita sembró convicción en las personas que la conocimos, convicción que florecerá en su nombre. Una mujer con una agencia impresionante, con una capacidad de gestión y articulación increíble, no había causa que no tomara de forma personal e íntima. La responsabilidad cívica de construir una democracia participativa en alianza con una amplia diversidad de actores sociales apegándose a principios de legalidad, consenso, autonomía, dialogo y una constante interlocución entre gobierno y sociedad civil para la construcción de un fin mayor que amparara esa hermosa visión de que un nuevo mundo siempre será posible.
Un largo camino que inicio desde la defensa de su comunidad frente un proyecto que buscaba imponer una planta tratadora de agua y que la llevo a abanderar causas junto con la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, el Movimiento Estatal de Mujeres, Comunidades indígenas en la Sierra y movimientos campesinos de Chihuahua, entre muchos más. Su activismo combativo en la exigencia de derechos a la autoridad, siempre con la firme convicción de que el poder real residía en las personas comunes y la participación que podían tejer en favor de los derechos humanos es un ejemplo de lucha para muchas personas.
Su labor desde la fundación de la Red por la Participación Ciudadana hace casi dos décadas ha sido vital para la vida democrática del estado de Chihuahua, promoviendo esfuerzos tan trascendentales como la creación del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública, ICHITAIP, la Ley de Participación Ciudadana y la conformación del Sistema Estatal Anticorrupción; mientras que simultáneamente trabajaba en infinidad de causas que se iban presentando tanto en la ciudad como en la sierra.
Paquita concibió la labor de la red como un espacio en donde pudieran articularse las gestiones y conducciones de las causas en favor a la ampliación de derechos, un ecosistema, donde pudiesen confluir en armonía distintos actores, personas, organizaciones sumándose a las luchas por la justicia social. Esto lo hizo en todo momento poniendo siempre por delante el “nosotros” colectivo sobre el “yo” individual, con el dialogo y el amor, la propuesta y la constante reflexión, el cariño y la empatía de la palabra reflexionada.
Su vida es una enorme inspiración para las nuevas generaciones de defensoras de derechos, que vemos en ella otra forma de construir un mejor mundo. Gracias por todo el esfuerzo y amor que entregaste Paquita.