Exige el ResISSSTE- CNTE Chihuahua que el ciclo escolar se dé por concluido con la promoción general de todos alumnos tras denunciar la insensibilidad de las autoridades y lo injusto de la educación a distancia

-“La insistencia de las autoridades en continuar -y concluir en su caso- los programas de estudio del ciclo escolar bajo la modalidad ‘a distancia’, muestra su falta de sensibilidad, al no considerar la difícil situación de las familias -de estudiantes y docentes- que padecen los diversos efectos de la pandemia”

-La función de la escuela en la sociedad es insustituible y “en modo alguno debe asumirse como reproductora de contenidos, normas, relaciones y valores anodinos, huecos o superficiales, para mantener ocupados a los estudiantes y, de paso, reproducir el injusto estado actual de cosas”.

– “Preocupantes las implicaciones de la sustitución de las aulas presenciales por las virtuales, rentadas o compradas a las grandes empresas de telecomunicaciones”

Chihuahua, Chih.- A través de un pronunciamiento circulado este 15 de Mayo bajo el título, “Sobre la educación y la docencia en tiempos de la pandemia”, el Movimiento Magisterial ResISSSTE- CNTE Chihuahua denuncia como la implementación de políticas neoliberales durante décadas en el país ha vulnerado el ejercicio de derechos básicos de los mexicanos y ha sumido en el abandono a la educación pública. En torno a la extraordinaria situación actual en torno al COVID-19, solicita, entre otras cosas “que el ciclo escolar se dé por concluido con la promoción general de todos los estudiantes”. Esto tras denunciar y exhibir que “la insistencia de las autoridades en continuar -y concluir en su caso- los programas de estudio del ciclo escolar bajo la modalidad ‘a distancia’, muestra su falta de sensibilidad, al no considerar la difícil situación de las familias -de estudiantes y docentes- que padecen los diversos efectos de la pandemia”. Aseveran que esta insistencia “parece obedecer más bien a intereses políticos y económicos que al propósito genuino de proveer a las y los estudiantes oportunidades para una educación pertinente”, contribuyendo a generar un estrés extra a alumnos y sus familias, incrementando la carga y jornada laboral de los docentes, “que en no pocos casos abarca todo el día”. Asimismo, el ResISSSTE- CNTE Chihuahua advierte de las “preocupantes las implicaciones de la sustitución de las aulas presenciales por las virtuales, rentadas o compradas a las grandes empresas de telecomunicaciones”, señala que debe “evitarse la propensión a equiparar las clases “en línea” o a distancia con las presenciales, como se percibe en el discurso de la autoridad educativa federal”, y que la función de la escuela en la sociedad es insustituible y “en modo alguno debe asumirse como reproductora de contenidos, normas, relaciones y valores anodinos, huecos o superficiales, para mantener ocupados a los estudiantes y, de paso, reproducir el injusto estado actual de cosas”. Abogan por la elaboración de un “currículo emergente en la educación básica, extraordinario y opcional, que responda a la ineludible realidad que viven los estudiantes y sus familias” y que “debe tener propósitos de acompañamiento, información, soporte socio-emocional, recreación y desarrollo de habilidades para la convivencia en la familia y la comunidad”.

A continuación el contenido íntegro del pronunciamiento:

Sobre la educación y la docencia en tiempos de la pandemia

Debido a la emergencia sanitaria en el país por la pandemia de COVID-19, se mantienen cerradas las escuelas y la mayoría de los centros de trabajo en los que ordinariamente se realizan actividades consideradas no esenciales, fenómenos que modifican en forma sustancial y progresiva la vida de las personas, las familias y la sociedad en general, y esta situación continuará en casi todo el país por lo menos hasta el 1º de junio.

En el ámbito de la educación, las autoridades -federal y estatales- han dispuesto diversas medidas con el propósito expreso de cumplir con los respectivos planes y programas de estudio: clases por internet, televisión o radio; encargos de trabajos y seguimiento por parte de los docentes mediante aplicaciones de la telefonía celular; entrega de materiales impresos a los estudiantes, entre otras. Todo con la esperada colaboración de los padres u otros miembros de la familia, mientras que se ordena el regreso a clases presenciales.

En estos días, la autoridad educativa federal anunció que el restablecimiento de las actividades escolares ocurrirá de manera gradual, por regiones, a partir del primero de junio; mientras que el Gobernador de Chihuahua anunció que la reapertura de las escuelas en el estado no será antes del mes de agosto y que el ciclo escolar concluirá mediante la educación a distancia.

En este contexto, las trabajadoras y trabajadores que participamos en el Movimiento ResISSSTE-CNTE del estado de Chihuahua, manifestamos lo siguiente:

La implementación de políticas públicas neoliberales en el país y en el mundo durante décadas ha vulnerado el ejercicio de los derechos básicos en la vida de casi todos los seres humanos. Entre esas políticas, es notable en nuestro país el abandono presupuestal y el deterioro deliberado de los sistemas públicos de salud y educación. La crisis que se vive actualmente es, en gran medida, producto de las malas decisiones tomadas durante años con el afán de generar negocios y abundantes ganancias para unos cuantos, dejando en el olvido a la clase trabajadora.

Ahora, la insistencia de las autoridades en continuar -y concluir en su caso- los programas de estudio del ciclo escolar bajo la modalidad “a distancia”, muestra su falta de sensibilidad, al no considerar la difícil situación de las familias -de estudiantes y docentes- que padecen los diversos efectos de la pandemia. Tal insistencia parece obedecer más bien a intereses políticos y económicos que al propósito genuino de proveer a las y los estudiantes oportunidades para una educación pertinente, como se expone enseguida.

Las grandes carencias económicas de la mayoría de las familias (extremadas en el contexto de la contingencia), a las que se suma el estrés provocado por el confinamiento, la falta de acceso a internet o dispositivos para trabajar a distancia, así como la excesiva carga de tareas irrelevantes a los estudiantes y padres de familia, son verdaderos obstáculos para cualquier pretensión de aprendizaje con significado, que tenga sentido para las niñas, niños y adolescentes en las circunstancias extraordinarias que están viviendo.

Por su parte, las/os docentes han debido extender considerablemente su jornada laboral –que en no pocos casos abarca todo el día-, pues deben atender a los padres y estudiantes de acuerdo con las posibilidades y necesidades específicas de estos últimos, hacer planeaciones periódicas y preparar y enviar los informes a sus superiores. Todo esto a través de medios electrónicos costeados por su cuenta y para cuyo uso educativo la mayoría no ha recibido capacitación. Además, muchos docentes también son padres y madres de familia, lo que los coloca con frecuencia en la disyuntiva de atender la educación de sus hijos o sus deberes como trabajadoras/es.

En cuanto al interés por cumplir “a distancia” con los planes y programas de estudio oficiales, son preocupantes las implicaciones de la sustitución de las aulas presenciales por las virtuales, rentadas o compradas a las grandes empresas de telecomunicaciones, como lo han señalado otras voces en la prensa nacional. En el contexto de la crisis, la falta histórica de inversión pública y la contumaz displicencia de las autoridades en este campo facilitan la tendencia privatizadora. Además, continuar el ciclo escolar por medio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el contexto de gran desigualdad social del país y del estado, sólo amplía la brecha digital (diferencias en las posibilidades efectivas de acceso, uso y apropiación de las TIC) y se retroalimenta el ciclo de la desigualdad.

Por un lado, las autoridades deben corregir ahora esa situación y prepararse para eventuales escenarios similares en el futuro. En lo inmediato, ejerciendo las facultades del Estado para utilizar tiempo de transmisión en los medios de comunicación concesionados y haciendo acuerdos con empresas proveedoras de internet para garantizar el acceso gratuito con fines educativos en todas las comunidades a las que alcanza la señal. En el mediano plazo, con el desarrollo de sistemas públicos y eficaces de telecomunicaciones, de cobertura nacional y gratuita. Pero esta solo es una parte del problema.

Por otro lado, pero no en segundo término, debe evitarse la propensión a equiparar las clases “en línea” o a distancia con las presenciales, como se percibe en el discurso de la autoridad educativa federal. Las autoridades (sobre todo las educativas) deben entender que la relación educativa cara a cara es insustituible, que la interacción y el ambiente necesarios para que el aprendizaje y la formación integral ocurran no pueden conseguirse por internet, televisión o radio, por lo que las actividades virtuales o a distancia de ninguna manera deben plantearse como mecanismo adecuado para “continuar y terminar” los contenidos previstos en los programas de estudio.

La función de la escuela (del sistema educativo) en la sociedad, en modo alguno debe asumirse como reproductora de contenidos, normas, relaciones y valores anodinos, huecos o superficiales, para mantener ocupados a los estudiantes y, de paso, reproducir el injusto estado actual de cosas; al contrario, si la escuela ha de seguir siendo una institución valiosa para la gente, lo primero que debe distinguirla es su capacidad y disposición para echar mano de los criterios que la guían e ir al encuentro de las necesidades educativas/formativas actuales y verdaderas de las personas. La respuesta educativa del Estado a la crisis de la pandemia revela concepciones que chocan de frente con los principios y criterios de la educación consignados en la Constitución.

Por ello, frente a la idea de las autoridades de avanzar y concluir los programas de estudio hechos para tiempos ordinarios, sostenemos que hoy se requiere construir y poner en marcha un currículo emergente en la educación básica, extraordinario y opcional, que responda a la ineludible realidad que viven los estudiantes y sus familias. Este programa alternativo debe tener propósitos de acompañamiento, información, soporte socio-emocional, recreación y desarrollo de habilidades para la convivencia en la familia y la comunidad, y desarrollarse a través de los medios disponibles y los que se generen, con la colaboración de autoridades, docentes y –voluntaria- de padres de familia. Para fines de acreditación y certificación, el ciclo escolar se debe dar por concluido con la aprobación, sin condiciones, de todas y todos los estudiantes.

El retorno a las escuelas debe ser cuando no haya riesgos de contagio, los planteles hayan sido sanitizados y el personal provisto de los protocolos, la capacitación, el instrumental e insumos necesarios para garantizar la salud y la seguridad de todos los miembros de la comunidad escolar. Mientras tanto, debe proveerse un ingreso económico, a cargo del erario, como salario de una persona adulta por familia que pueda permanecer en casa, al cuidado de los hijos en edad escolar, sobre todo durante el período entre la reanudación plena de las actividades económicas y la reapertura de las escuelas.

En estos momentos y después de las restricciones de la emergencia sanitaria, el trabajo colectivo escolar y la comunicación entre maestros, padres de familia y alumnos, brindan una oportunidad insustituible de construir resistencias encaminadas a la necesaria renovación pedagógica. Revitalizar la labor docente encuentra en el diseño de alternativas pedagógicas concretas su fuente inagotable de acción práctica atendiendo a los estudiantes desde y para la vida. Ser docente requiere solidaridad, empatía y esperanza. Entender que primero está la vida nos llevará a caminar de la mano con nuestras hermanas y hermanos de clase por un mundo mejor, con atención sanitaria universal, sin explotación laboral y con respeto a los derechos humanos de todas y todos.

Finalmente, resumimos nuestras demandamos a las autoridades:

-Primero la salud y la vida.

-Que el ciclo escolar se dé por concluido con la promoción general de todos los estudiantes.

-Ofrecer un currículo extraordinario y opcional a los estudiantes de educación básica, mientras permanecen en casa, que se corresponda con la realidad que viven.

-No imponer estrategias educativas que reproduzcan las desigualdades.

-No generar más estrés en las familias del país.

-Proveer ingresos económicos con cargo al erario para una persona que se encargue del cuidado de los hijos en casa, mientras se restablecen las actividades escolares.

MOVIMIENTO MAGISTERIAL RESISSSTE-CNTE CHIHUAHUA