Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya
Desde su fundación, la cúpula de la dirigencia nacional del sindicato nacional de los trabajadores de la educación (SNTE) han sido detractores de los propios principios por los cuales fue fundado. Contrario al quehacer democrático y después de haber obtenido el derecho de sindicación en 1948 tras convenio número 87. Posteriormente también obtiene el derecho de sindicación y negociación colectiva de 1949 convenio número 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ratificados por el Senado de la República que reconocen a los sindicatos el derecho de redactar sus estatutos y reglamentos para elegir libremente a sus representantes obligando a las autoridades a abstenerse a intervenir en dichos procesos sindicales (sic)… Alejado desde sus inicios de los estatutos que le dieron vida; los dirigentes charros del SNTE han preferido las canonjía$, prebenda$ y cuota$ de poder político que defender los derechos laborales de los trabajadores de la educación.
El año pasado, el 1 de mayo el ejecutivo federal emite decreto en el que establece cambios a la constitución en el art. 123 apartado B a fin de que exista en los sindicatos mayor trasparencia con el firme propósito de que sus miembros elijan a sus representantes mediante voto personal, libre, directo , universal y secreto. Ante esto, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) pronuncia un reglamento que imposibilita al gremio de los trabajadores de la educación logren permear las 54 dirigencias caciquiles (charras) y se avance a través del quehacer democrático la construcción de un sindicalismo autentico y de clase. Contrario a la innovación constitucional que expresa que para lograr una auténtica democracia sindical se realicen elecciones por primera vez en la historia sindical del SNTE. Ejercicio que no ha realizado nunca.
Los cambios a modo de golpe de mano y tras bambalinas se elabora un reglamento amafiado y amañado que contraviene el decreto y su espíritu democrático – representativo. El reglamento y sus ordenanzas que proponen no dará la más mínima oportunidad a los más de 1, 670,000 (un millón seiscientos setenta mil) maestros miembros del SNTE de transformar su vida sindical. Fiel a sus orígenes el sindicalismo oficialista corrompido le apostara a todos los medios, –sin importar cuales sean– a la continuidad. La permanencia – sin duda – les permitirá cubrir todos sus robos, fechorías y atrocidades.
La ausencia interna de vida democrática plena de los maestros y el poco interés de participar en la política sindical de la mayoría del magisterio posibilitará a la dirigencia charril permanecer y secuestrar vida, dinero y dignidad del magisterio nacional.
Si el tribunal federal de conciliación y arbitraje (TFCA) es omiso y no se pronuncia en contra del reglamento que viola lo establecido por el decreto que modifica el art.123 apartado B dará luz verde para que se legitimen y se sigan cometiendo las prácticas antidemocráticas y delictivas que promueve dirigencia charra – oficialista. La corrupción la han oficializado y se han apoderado de la dirigencia sindical del SNTE desde su inicio.
En el análisis anterior se visualiza las muy pocas posibilidades de democratizar el SNTE. El botín es muy apreciado y los charros convertidos en lobo defenderán a su presa. No la soltaran.
Las dificultades para unir lo diverso, la parsimonia de algunos y la radicalización de otros hará imposible la unión del magisterio. La ausencia de un pensamiento crítico y de información político – ideológico de la mayoría de los maestros mexicanos impedirá por este medio rescatar a través de la vía democrática el SNTE.
A más de 40 años de lucha infatigable por el rescate y democratización del SNTE. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no ha logrado permear la estructura charra, corporativista y pro patronal del sindicato oficialista. La CNTE con presencia en Chiapas, Guerrero, Michoacán, Guerrero y, además de los miles de maestros democráticos (disidentes) que se encuentran en todo el territorio nacional. Ha fallado.
La CNTE sigue siendo el referente que se distingue por su lucha democrática y que ha logrado el reconocimiento de derechos de los maestros, unos en el aula y otros en las calles. Maestros que disienten y se manifiestan en contra de las violaciones a sus derechos laborales que cometen las autoridades con la complicidad y complacencia de la dirigencia sindical del SNTE. La lucha histórica del magisterio nacional democrático y de maestros disidentes miembros de la coordinadora (CNTE) por la democratización del SNTE no se ha concretizado aún. Expongo lo siguiente:
La extinción de los miles de sindicatos (3347 en México) corporativistas, pro patronales, oficialistas, blancos y charros está por llegar a su fin. El nuevo orden económico mundial esperanzador que vendrá después de esta contingencia sanitaria mundial (pandemia) finiquitará el perverso orden económico – neoliberalismo- mundial que permitió que solo: ”El 1%de los ricos del mundo acumulara el 82%de la riqueza global”(cifras de Oxfam).
La complicidad abyecta del corporativismo sindical. La actitud sumisa que les beneficia asumen una actitud simbiótica que los une con gobierno, partidos y autoridades educativas está por terminar.
Esta contingencia sanitaria desnudo lo falaz del neoliberalismo. Amplió las posibilidades para acelerar su próxima defunción. El decaimiento y desaparición del neoliberalismo arrastrara también con sus hijos putativos que le ayudaron (sindicatos pro patronales ) a despojar a los trabajadores de sus derechos laborales.
Tres elementos han de permitir la extinción pronta del sindicalismo charro. Lo primero es el virus que tiene atrapado al país y al mundo que provocará la caída del neoliberalismo. El segundo , son las redes sociales que permiten una hiperactiva comunicación ente maestros que cuestionan y se organizan para acabar con sindicalismo oficialista y tercero., la crisis económica que obligara a reconceptualizar el quehacer político de la sociedad , entre ellos sin duda participaran los maestros.
Sin opción el SNTE o se transforma y democratiza o muere. Sin duda optara por lo último. Así las cosas. Ni más , ni menos.