Por: Rosalío Morales Vargas
No habrá tertulia este 10 de mayo
para las madres que obstinadas hurgan
entre los insterticios de las sombras
de la enfermiza sociedad que impune
las arroja al abismo de la afrenta,
la humillación y el abandono inicuo.
Con su dolor clavado en las entrañas,
van mujeres que moran su tristeza
por ser sacrificadas al altar
de la trata en oscuros lupanares;
también caminan su dolencia aguda
madres con hij@s desaparecid@s
y cuyo paradero es incierto
en ergástulas lúgubres, sombrías.
Se niegan a los fastos denigrantes
las que ensamblan en fábricas avaras
por la sed de ganancia de patronos
que declaran al lucro su amuleto;
además las indígenas vejadas
en calles donde vive la avaricia,
las ofensas, racismo y atropellos.
No habrá convite para madres-niñas
violadas por los monstruos del ultraje.
Igual ayer que en tiempos de epidemia,
no dejan de luchar, el tiempo apremia.
La pobreza es insulto y vejación,
en lares de penuria y aflicción.
La injuriosa miseria cae cual rayo,
no habrá jolgorio este 10 de mayo.