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¿Ocurrencia o estrategia educativa?

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid

Cuando leí la noticia de que las clases en el nivel básico se reanudarán el 20 de Abril por medio de la educación no presencial a través del uso y aprovechamiento de los avances tecnológicos creí que era información de un sistema educativo distinto al nuestro pero ¡No! Se refieren a las clases en nuestro Chihuahua.

Para todos es sabido que la educación debe ser equitativa, democrática, igualitaria, inclusiva y no discriminatoria, sin embargo, esta “ gran estrategia” anunciada para que los alumnos continúen con sus estudios generará lo contrario pues ¿Cuántos estudiantes de nuestro Estado tienen acceso a una computadora con internet? Sugerir este tipo de trabajos solo hará más amplia la brecha entre los que sí pueden y tienen y quienes no.

Tal vez alguien opinará que la gran mayoría de los hogares cuentan al menos con 1 teléfono inteligente o que se puede acudir a los “cibers” para cumplir con los objetivos planteados, no obstante, para ello se requiere también de ciierta capacidad económica; o quizá el Gobierno le pondrá “datos” al celular, pagará el plan o subsidiará el pago a los cibercafés que ofrezcan sus servicios, porque la educación, entre otras cosas debe ser gratuita ¿ O no?.

Ahora, si la idea es primeramente dotar a los estudiantes de lap tops pues bienvenida la iniciativa, aunque enseguida nos enfrentaríamos a la falta de conectividad y hasta de luz en algunas zonas y regiones. Esta brillante idea me recuerda al programa Enciclomedia implementado en un sexenio de triste memoria cuando se pretendió instalar el equipo informático en todas las escuelas del país y muchas de éstas carecían de lo más básico, de lo más elemental para ofrecer el servicio educativo y en algunos casos hasta de instalaciones o infraestructura.

Incongruente e inequitativo además es dejar de considerar la integralidad de la educación, pues con las clases a distancia ¿Dónde y cómo quedan las asignaturas de Educación Física, Artes, Talleres y en general aquellas cuya trascendencia radica en la práctica e interacción social y con los objetos de conocimiento?

Y no son justificaciones para continuar en sin acudir a las aulas, no, los maestros y maestras somos los primeros en querer volver a las aulas, señalar este tipo de paradojas e inconsistencias en los planes definidos por la autoridad para que los alumnos sigan estudiando no es señal de confort sino una preocupación real para que la educación cumpla en verdad con sus fines y sea para todos, sin distingo de clases, que brinde las mismas oportunidades de desarrollo y no solamente para unos cuantos.

En fin, luego no quieren que pensemos que lastimosamente nos encontramos en un sistema de ocurrencias.

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