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Como sociedad no podemos permitir que se normalice el consumo de marihuana: Miguel La Torre

Chihuahua.- El diputado del PAN Miguel La Torre, realizó un posicionamiento dentro de la sesión celebrada el día de hoy en donde señalaba que «como sociedad no podemos permitir que se normalice el consumo de esta droga ni de cualquier otra», al hacer referencia a la aprobación en comisiónes, el dictamen que regularía el uso lúdico de la marihuana.

El legislador blanquiazul indicó que no es suficiente el razonamiento de quienes sostienen que la expedición de la Ley General para la Regulación y Control de la Cannabis representa una garantía a la libertad de la persona, ya que cuando se pone en riesgo un bien jurídico de tan alta estima como es la salud pública, deberá optarse siempre por tutelar lo que beneficie, en su sentido más amplio, a la sociedad, y, en este caso, no puede ni debe ser a través de la legalización con fines recreativos de la mariguana.

Añadió que está comprobado además que la dependencia al consumo de la marihuana también afecta el rendimiento académico, laboral y deteriora la memoria de quien la consume; de igual forma resulta ilógico que nuestro gobierno pretenda legalizar algo que causa adicción sin siquiera preveer como le va a hacer el estado para rehabilitar a quienes caigan en este vicio.

El posicionamiento completo es el siguiente:

La semana pasada, las comisiones unidas de Justicia, salud y estudios legislativos en el Senado de la Republica, aprobaron por mayoría de votos en lo general el dictamen que autoriza el consumo de la marihuana con fines lúdicos hasta por 28 gramos y la siembra de 20 plantas por persona para uso médico.

Ya desde 2018 la entonces Senadora Olga Sánchez Cordero había presentado la iniciativa a nombre del Grupo Parlamentario de MORENA; iniciativa para expedir la Ley General para la Regulación y Control de la Cannabis, que normará de aquí en adelante el uso de la mariguana con fines recreativos, científicos y comerciales.

La iniciativa a que se ha hecho referencia plantea que una persona que consuma mariguana podrá hacerlo en la vía pública, a excepción de los espacios cien por ciento libres de humo de tabaco; permite el cultivo de hasta 20 plantas de esta especie por persona para autoconsumo, pero deberán ser registradas en un padrón anónimo y su producción anual no debe rebasar los 480 gramos. Si hay excedentes, deberán donarse para fines de investigación.

Para su uso industrial, la iniciativa autoriza la siembra, cultivo, cosecha, preparación, fabricación, producción, distribución y venta de cannabis.

Su comercialización y la de productos derivados para uso adulto, se delimitará a establecimientos específicos que sólo podrán vender exclusivamente cannabis, sus derivados y accesorios.

Uno de los motivos que llevó a la parte iniciadora a presentar la iniciativa en comento es que, con la pretendida legalización de la mariguana, se abatirían los problemas que genera el narcotráfico en nuestro país y que, según lo expresó la Senadora Sánchez Cordero, ha cobrado la vida de 240 mil personas y existen 40 mil en calidad de desaparecidas.

La problemática social que genera el crimen organizado en nuestro país es innegable, sin embargo, resulta totalmente falso que la legalización de esta sustancia sea la solución para esos conflictos.

Afirmación que sustento en el hecho irrefutable de que los cárteles de la droga ya con lo que menos trafican es con la mariguana, lo que hoy mata a nuestros niños y jóvenes son las drogas sintéticas, la cocaína y demás químicos que de manera incontrolable han convertido a nuestro país en consumidor.

Así pues, las confrontaciones entre los diversos grupos delictivos seguirán aconteciendo y, peor aún, se corre el riesgo de que sigan diversificando sus actividades criminales a giros como la trata de personas, tráfico de armas, entre otros.

Cuestión que resulta lógica, más nunca justificable, ya que al dejar de percibir ingresos por ese concepto, habrán de desarrollar otras alternativas para seguir allegándose de recursos económicos ilícitos.

Mención aparte merece que con la legalización de la mariguana con fines recreativos, su consumo puede aumentarse en la población como consecuencia de la facilidad para su acceso, como ocurrió con el alcohol.

Debemos recordar la etapa histórica de la prohibición del alcohol en Estados Unidos a principios del siglo XX, donde las personas ante la imposibilidad de conseguir de manera legal esta sustancia, la tenían casi proscrita de su vida diaria.

No obstante, con la enmienda constitucional que permitió la libre venta y distribución de alcohol en dicho país, se produjo que todas las personas mayores de edad pudieran acceder a este tipo de bebidas en un sinfín de establecimientos y aún quienes se abstenían ante la prohibición de consumirlas, empezaron a integrarlas a su estilo de vida.

Por lo tanto, podemos advertir que ciertas prohibiciones inhiben en gran medida la realización de algunas conductas, y cuando éstas tienen como fin, como el caso que nos ocupa, salvaguardar la salud de las personas, es que podemos afirmar que son necesarias.

Aunado a lo anterior y según testimonios de personas adictas a drogas como la heroína, cocaína y el cristal, fue la mariguana la primera sustancia que empezaron a consumir, para continuar con otras.

Así como es imposible negar las consecuencias negativas que ha tenido la lucha entre cárteles en nuestro país, tampoco podemos ignorar que la adicción a sustancias enervantes es un problema de salud pública en México.

De igual manera se debe reconocer que la legalización de la cannabis, en los términos propuestos en el dictamen que fue aprobado en días pasados en el Senado de la República, y aunque si bien se acota que su acceso será exclusivo para personas mayores de edad, va a resultar imposible controlar que esta sustancia llegue con mayor facilidad, que en la actualidad, a las niñas, niños y adolescentes.

Como sociedad no podemos permitir que se normalice el consumo de esta droga ni de cualquier otra, menos en una etapa de crisis por falta de valores por la que atravesamos cada día de forma más grave en nuestro país. Por lo que, resulta imprescindible que las medidas legislativas y cualquier política pública que se genere, velen en todo tiempo por el interés público.

En este caso en particular, debemos entender que dentro del concepto de interés público se incluye a la salud de todas y todos, especialmente de las niñas, niños y adolescentes, quienes como consecuencia de la gran curiosidad que tienen, propia de su edad, decidan experimentar con las drogas.

En razón de los argumentos que han quedado antes descritos, puedo afirmar que el dictamen aprobado a que me he venido refiriendo, de ninguna manera constituye una medida para combatir las muertes, desapariciones ni cualquier otro problema generado por el crimen organizado. Si no que en todo caso, abonaría al incremento en el número de personas adictas.

Por otro lado, no es suficiente el razonamiento de quienes sostienen que la expedición de la Ley General para la Regulación y Control de la Cannabis representa una garantía a la libertad de la persona, ya que cuando se pone en riesgo un bien jurídico de tan alta estima como es la salud pública, deberá optarse siempre por tutelar lo que beneficie, en su sentido más amplio, a la sociedad, y, en este caso, no puede ni debe ser a través de la legalización con fines recreativos de la mariguana.

Está comprobado además que la dependencia al consumo de la marihuana también afecta el rendimiento académico, laboral y deteriora la memoria de quien la consume; de igual forma resulta ilógico que nuestro gobierno pretenda legalizar algo que causa adicción sin siquiera preveer como le va a hacer el estado para rehabilitar a quienes caigan en este vicio; recordemos que todos los centros de rehabilitación que tenemos en nuestro país son privados, ninguno es parte del sistema gubernamental porque se carece del presupuesto para tal efecto, además de que sería ilógico curar algo que el propio estado está fomentando.

Y que pasa entonces con las estratosféricas cantidades de dinero que nos hemos gastado en fomentar el deporte, la educación, la salud, atraves de costosos programas de prevención en nuestro país?? Vamos a tirar el dinero y el tiempo a la basura porque ahora les vamos a decir a nuestros niños y jóvenes que es normal que consuman una droga; ahora en lugar de invertir en deporte vamos a tener que invertir en sacar a cada día más mexicanos de esta terrible adicción.

Podemos concluir que esta decisión fue tomada de manera arbitraria y apresurada pues no hubo una consulta pública de carácter nacional en donde debatieran la sociedad civil, especialistas en la materia y desde luego los padres de familia; por ello, el grupo parlamentario del pan en este congreso rechaza tajantemente esta medida, esperando que en el pleno del senado se imponga la razón.

Por una sociedad más sana y un México libre de drogas, quienes ocupamos un cargo público de tan alta envergadura estamos obligados en todo momento a hacer lo correcto, nuestros legisladores que votaron esto en comisiones del senado, desafortunadamente no lo hicieron.

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