Encuentros entre escuelas: ¿un diamante en bruto?

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

El 31 de enero de 2020 se llevó a cabo la segunda sesión de Encuentro entre Escuelas, correspondiente a la fase ordinaria de Consejo Técnico Escolar (CTE), uniéndose a la jornada efectuada el 15 de noviembre del año pasado y a la que próximamente se realizará el 4 de mayo. Si bien las jornadas de trabajo entre escuelas ya se realizaban desde ciclos escolares anteriores, en éste se presenta una novedad importante: en los encuentros participan planteles de los diferentes niveles educativos básicos. En el desarrollo de esta experiencia se han logrado detectar beneficios potenciales, pero también áreas de riesgo que podrían hacer que estos encuentros no trasciendan con la fuerza que se espera.

Al haber pasado ya los dos primeros encuentros entre escuelas, un hecho que es importante destacar es que no se percibe un hilo conductor entre las sesiones. Las propuestas de trabajo planteadas para la primera y la segunda sesión tuvieron propósitos cuya relación no es del todo clara: mientras en la inicial la tarea principal fue compartir los Programas Escolares de Mejora Continua (PEMC), en la siguiente el tema central fue la importancia de la construcción de Comunidades Profesionales de Aprendizaje (CPA). No hay pues una conexión tan evidente entre las temáticas y los propósitos de las sesiones hasta el momento realizadas. Pareciera que pudiera existir una sin la otra: hubo colectivos escolares que apenas en esta ocasión se integraron a la dinámica de trabajo interescolar y no les afectó el no haber participado durante la primera jornada. No hay, parece, una continuidad del trabajo realizado, ni una visión que vaya más allá de la sesión de CTE en turno.

Al revisar las agendas de trabajo de las dos sesiones de CTE referidas, es posible apreciar en los títulos de las actividades centrales el predominio de palabras como “valoración”, “reconocimiento” o “reflexión” (SEP, 2019, p. 7; SEP, 2020, p. 7). Si se analizan a detalle las actividades, se podrá dar cuenta que éstas tiene como propósito principal la apropiación o argumentación sobre conceptos o bien el intercambio de perspectivas entre docentes. Así pues, en la sesión del 31 de enero, el tema de Comunidades Profesionales de Aprendizaje fue abordado predominantemente mediante lectura de fragmentos de textos informativos, videos, clasificación jerárquica de información, preguntas de reflexión, etc. Ya en la actividad 14, la última del tema, finalmente, aunque sin profundizar mucho en su elaboración, se pidió a los docentes establecer “dos compromisos […] para avanzar hacia la construcción de las CPA” (SEP, 2020, p. 13). El tiempo destinado a las primeras actividades fue mucho mayor al destinado a la última.

Aunque no debe perderse la autonomía de cada escuela para idear sus propios mecanismos de trabajo, se observa mucho mayor énfasis al abordaje conceptual y a la sensibilización, que a la instrumentación de propuestas para llevar a la realidad los conceptos. Los maestros quizá puedan salir convencidos de las ideas que se plantean, pero no se propicia que se establezcan pautas de acción para que trasciendan a su práctica cotidiana. Esta situación ya había sido advertida desde la fase intensiva del CTE (previa al inicio del ciclo escolar), en la que se trabajó de manera abundante en el concepto, la importancia y las ventajas de la inclusión, pero no se concretó en propuestas de trabajo para llevarla a cabo en las aulas.

La organización que se ha dado a los Encuentros entre Escuelas tiene una limitante considerable: el tiempo. No debe olvidarse que en las sesiones de CTE, además del trabajo entre escuelas, también se destinan minutos a la organización particular de cada plantel. Así pues, en cada jornada se dedican tres horas al trabajo entre docentes provenientes de diferentes planteles, dando nueve horas en total durante el ciclo escolar, considerando las tres sesiones de este tipo. El tiempo concedido evidentemente no alcanza para mucho. Quizá esta sea la razón para optar por actividades como las que se señalaron en los párrafos anteriores: la construcción de propuestas de trabajo coordinadas entre varias escuelas sin duda es una tarea que requiere una carga horaria considerable.

Sin duda el papel de los directores y supervisores es trascendental para hacer explotar el gran potencial que comprenden este tipo de encuentros. Falta “rebeldía” (o actitud crítica) ante las propuestas oficiales; animarse a no arrodillarse ante las guías de trabajo que envían las autoridades educativas: cuestionar, adaptar o incluso omitir algunas de las acciones que se sugieren, sin perder de vista  el propósito central; hacer valer, en sintonía con el cargo que ocupan, su capacidad para liderar y crear experiencias de trabajo originales y pertinentes. Durante mucho tiempo se ha clamado por la autonomía de los centros escolares y ésta es una excelente oportunidad para demostrar que se está preparado para aprovecharla.

Los Encuentros entre Escuelas engloban un enorme potencial: podrían llegar incluso a la construcción de políticas, misiones, visiones y propuestas de trabajo multiescolares. Esta forma de trabajo puede erradicar el tradicional aislamiento con el que trabajan los centros escolares. Sin embargo, a una sesión de terminar la experiencia del ciclo escolar 2019-2020, se divisan retos considerables. Uno de ellos tiene que ver con la adopción de una visión a largo plazo, que sobrepase la sesión en turno y que considere propósitos a lograrse mediante el trabajo secuenciado a lo largo de varias jornadas de trabajo. Debe asegurarse la continuidad de las temáticas planteadas para evitar brincar de un tema a otro, como en el caso de las dos primeras ocasiones. Para futuros ciclos escolares, si se busca que estos encuentros trasciendan más allá del intercambio de conceptos, experiencias y opiniones, debe aumentarse el tiempo que se les destina: aprovechar las semanas previas al inicio de clases, recortar el calendario escolar para los alumnos en aras de otorgar más jornadas a estos trabajos o bien establecer otros mecanismos para que el contacto entre las escuelas sea permanentes (quizá establecer comités de representación al interior de las escuelas para reuniones de seguimiento).

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.

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REFERENCIAS

SEP (2020). Consejo Técnico Escolar. Cuarta sesión ordinaria. Educación básica. Ciclo escolar 2019-2020. Guía de trabajo. México: autor.

SEP (2019). Consejo Técnico Escolar. Segunda sesión ordinaria. Educación básica. Ciclo escolar 2019-2020. Guía de trabajo. México: autor.