Pues resulta que en todos lados se cuecen habas, y el ayuntamiento de Nuevo Casas Grandes parece que no es la excepción.
Y es que denuncias ciudadanas comentan que hay dos hermanitas, que como buenas hermanas, se apoyan una a la otra.
Se trata de la Contralora Georgina Prado y su querida hermana Paulina Prado que es regidora y presidenta de la Comisión de Hacienda en el Cabildo.
Estás dos hermanas intervienen con motivo de su empleo en la atención y tramitación o resolución, de un sin número de asuntos que comparten como servidoras públicas.
Asuntos viciados de parcialidad y falta de objetividad, pues terminan atendiendo a sus intereses familiares.
Dicen los que cuentan y saben que ambas violentan la Ley General de Responsabilidades Administrativas, considerado como una falta grave en términos del artículo 78.
Las sanciones por faltas graves van desde la suspensión del empleo hasta la inhabilitación temporal de hasta 20 años.
Y es que las buenas hermanitas llevan a cabo desde adjudicaciones, adquisiciones de suministros, medicinas, obra pública: la Contralora propone a su juicio y su hermana firma todo, autorizando en representación de todo el Ayuntamiento.
