Por: Rosalío Morales Vargas
No llegarán los reyes este día
a los hogares de los más humildes,
pues la pobreza marca con sus tildes
el alborear de la mañana fría.
No hubo regalos para muchas niñas
desamparadas, víctimas de trata,
la vida se tornó hosca e ingrata
envuelta en la tristeza y la morriña.
Que decir de los niños en la calle,
limpiando los cristales en cruceros,
angustia en sus ojitos cual veneros
de amargo llanto a punto del estalle.
La chiquillada de los explotados,
sin pizca de alimentos en sus bocas,
en la favela, el barrio, hoy les toca
contener un sollozo sofocado.
Y la infancia migrante en caravanas
de parias con su estigma de infortunio,
humillados verán un novilunio
oscuro y sórdido con fe espartana.
Sacudir las inercias y modorras,
quebrar pilares del capitalismo,
para que niñ@s sin escepticismo
transiten al futuro sin mazmorras.
En la mañana escarchada y fría,
no llegarán los reyes este día.