Fátima Bosch: un triunfo que incomoda a quienes temen a las mujeres fuertes

0

Por: Patricio Rodríguez Palma

El triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo no es solo una victoria estética o protocolaria: es un símbolo. Un recordatorio de que las mujeres mexicanas, cuando tienen espacio para crecer, conquistan escenarios internacionales con la misma solvencia con que gobiernan una ciudad o lideran un país. No sorprende, por ello, que su coronación haya incomodado a ciertos sectores políticos que llevan años intentando desacreditar cualquier avance que no venga de su propio bloque.

En los últimos días, algunos portavoces de la oposición han insistido en sembrar dudas, manipular cifras y construir narrativas apocalípticas… como si la realidad fuera un obstáculo que puede esquivarse cuando no conviene. No es la primera vez que lo hacen: es una estrategia que se repite siempre que una mujer destaca, brilla o rompe un techo de cristal. Hoy es Fátima; ayer, Claudia Sheinbaum.

Ambas, desde espacios completamente distintos, representan lo mismo: liderazgo femenino en un país donde el mérito todavía es cuestionado cuando proviene de una mujer segura, preparada y disciplinada. Una científica que llega a la Presidencia y una joven mexicana que se impone en un concurso global parecen historias sin relación, pero comparten un hilo conductor: la victoria de mujeres que avanzan con hechos mientras otros se refugian en la desinformación.

La oposición insiste en sembrar dudas, en repetir datos sin sustento, en convertir cualquier conversación pública en una batalla de percepciones. Lo preocupante no es la crítica —es necesaria—, sino la falta de responsabilidad. Cada vez que se difunden cifras inexistentes, rumores sin prueba o narrativas incendiarias, lo que se pone en riesgo no es la imagen del gobierno, sino la salud democrática del país.

Frente a ese ruido, triunfos como el de Fátima Bosch funcionan como un contraste poderoso: hablan de un México que avanza, que es reconocido fuera, que muestra talento, disciplina y visión. Un México donde el éxito no necesita estridencias, sino resultados.

En tiempos donde la mentira circula más rápido que la verdad, donde abundan quienes quieren incendiar la plaza pública en vez de debatir con seriedad, es refrescante ver aparecer liderazgos femeninos que, desde sus respectivos ámbitos, recuerdan por qué vale la pena apostar por un país que mira hacia adelante.

Fátima y Claudia encarnan esa idea: mujeres que ganan por mérito, no por manipulación; por trabajo, no por grito; por convicción, no por oportunismo.

Y quizá por eso molestan tanto.

“No envidian tu éxito, sino el coraje que les falta para alcanzar el suyo”

Tónachi Guachochi Chih a 23 de Noviembre del 2025