El secretario General de Gobierno, Santiago de la Peña Grajeda, se sumó a las muestras de consternación por el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido en pleno evento público, y lamentó que quienes asumen con pasión el servicio público vean cegada su vida por cumplir con su deber.
“Es muy lastimoso ver cómo alguien que levanta la voz y trabaja por su comunidad pierde la vida precisamente por eso”, expresó De la Peña, al tiempo que hizo un llamado a todos los niveles de gobierno a cumplir con su responsabilidad ante la ciudadanía.
Cuestionado sobre la seguridad de los alcaldes en Chihuahua, el funcionario fue enfático al señalar que “Chihuahua no es Michoacán”, y que las condiciones de seguridad en ambos estados son muy distintas.
Subrayó que, a diferencia de la situación crítica en Michoacán y otras zonas del país donde la extorsión y los homicidios se encuentran en niveles históricos, Chihuahua no enfrenta ese mismo escenario.
Recordó además que en la entidad existe un acuerdo entre la gobernadora María Eugenia Campos y la presidenta de la República para no politizar el tema de seguridad y mantener un trabajo coordinado en favor de la paz.



