El alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla Mendoza, lamentó el asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, ocurrido la noche del 1 de noviembre, y calificó el hecho como una muestra del “estado fallido” en que se encuentra el país ante la falta de acción del Gobierno Federal frente a la delincuencia organizada. “Carlos Manzo era un gran hombre, deja en la orfandad a una hija y a su esposa. Era un mexicano ejemplar, un hombre valiente que denunció en todo momento la intromisión del crimen organizado ante los brazos cruzados del Gobierno Federal”, expresó.
El edil criticó con dureza la estrategia nacional de seguridad y advirtió que en México “por decir o expresar tu malestar te puede costar la vida”. Subrayó que la política de “abrazos y no balazos” ha permitido el fortalecimiento de los grupos criminales y ha derivado en el asesinato de figuras públicas que denuncian la corrupción o la inseguridad. “Esa política hoy está costando la vida de un mexicano ejemplar, de un hombre que defendió a su ciudad, a los productores y a su país”, dijo.
Bonilla Mendoza llamó a los ciudadanos y actores políticos, incluidos los de su propio partido, a no normalizar la violencia ni permanecer en silencio frente a ella. “Hoy fue Carlos Manzo, mañana quién sabe quién sea. No podemos seguir viviendo así. El Gobierno Federal tiene que actuar ya, debe dejar la simulación y atender con firmeza esta crisis”, insistió.
Finalmente, el alcalde afirmó que hechos como este deben alentar, y no frenar, a quienes buscan alzar la voz contra la violencia. “Debemos levantar la voz todos y dejar de callar por miedo. México necesita mexicanas y mexicanos responsables, que digan la verdad y no se sometan al silencio”, concluyó, lamentando que el país “cada vez se parezca más a Venezuela y menos a México”.
