Repudia la Diócesis de la Tarahumara la violencia en Guachochi y exige justicia y paz para la Sierra

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La Diócesis de la Tarahumara, a través de su obispo Monseñor Juan Manuel González Sandoval, emitió un enérgico pronunciamiento para repudiar los recientes hechos de violencia ocurridos en el municipio de Guachochi, donde varias personas perdieron la vida de forma injusta, y expresó su solidaridad con las familias afectadas y con toda la comunidad serrana.

“La Diócesis de Tarahumara, por medio de su obispo, presbiterio, vida consagrada y agentes de pastoral, expresa su profundo dolor y enérgico repudio ante los recientes hechos de violencia…”, se lee en el manifiesto difundido este viernes, en el que la Iglesia lamenta que los acontecimientos atenten contra la dignidad humana y la convivencia pacífica.

El documento subraya que “ninguna causa, interés o grupo armado puede justificar la agresión, el asesinato o la siembra del miedo entre la población”, y que cada vida humana es sagrada, por lo que la pérdida de una sola persona debe interpelar a toda la sociedad y a las autoridades.

La Diócesis hizo un llamado urgente a los tres niveles de gobierno para que se restablezca el orden, la seguridad y la justicia en Guachochi y en toda la Sierra Tarahumara, mediante acciones efectivas y sostenidas, no meramente reactivas. También pidió a las instituciones de procuración y administración de justicia que investiguen los hechos y eviten la impunidad, que tanto daña la confianza ciudadana.

En el mismo sentido, exhortó a quienes integran los grupos generadores de violencia a “escuchar el llamado de Dios a la conversión, dejar las armas y reconocer el valor sagrado de la vida”, al tiempo que invitó a las comunidades y organizaciones civiles a mantener viva la esperanza y promover una cultura de paz, respeto y reconciliación.

El obispo González Sandoval refiere que la Iglesia mantendrá su compromiso de acompañar al pueblo tarahumara, fortaleciendo la vida comunitaria y animando toda acción en favor del bien común. “Invocamos la intercesión de Santa María de Guadalupe, Madre de la Tarahumara y Reina de la Paz, para que esta tierra bendita supere la violencia y recobre la alegría de vivir en fraternidad”, concluye el manifiesto.