La grandeza de su espíritu ha trascendido, dejando huella indeleble, por siempre, nuestra memoria y corazón tendrán presente al maestro Pilo: maestra Lupita Galindo

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n un emotivo discurso pronunciado este lunes, la maestra Guadalupe “Lupita” Galindo Leyva evocó con cariño, orgullo y profundo respeto la vida y legado del maestro Porfirio “Pilo” Loya Ibarbo, durante la ceremonia en la que ingresó a la Rotonda de los Maestros Ilustres en el marco del Día Mundial de las y los Docentes.

Ante autoridades sindicales, educativas, colegas y familiares, Galindo Leyva agradeció la presencia de quienes acompañaron a la familia en tan significativo momento, subrayando que al nombrar al maestro Pilo se le trae de nuevo a la memoria y al corazón de todos. “Algo de él ha quedado en nosotros y hoy lo recordamos repasando su vida y su entrega”, señaló.

Resaltó que desde 1970, cuando inició como becario de la normal, hasta el 19 de febrero de este año, Pilo Loya dedicó 54 años de servicio ininterrumpido a la docencia, mostrando siempre pasión, alegría y compromiso. “Fue un maestro admirable y activo, pero sobre todo, fue un maestro feliz”, expresó con visible emoción.

La oradora recordó los orígenes humildes del homenajeado, nacido en Delicias en 1953, y destacó la influencia de su madre, doña Margarita Ibarbo, en su vocación magisterial. Subrayó que su familia fue siempre un pilar en su vida, mencionando a hermanos e hijas que lo acompañaron en el trayecto.

En su semblanza, la maestra Lupita Galindo expuso que Pilo no solo se distinguió como docente de matemáticas, sino también como un hombre de cultura, de lucha social y de sensibilidad artística. Participó en grupos musicales y de danza folclórica, escribió cuentos, poemas y canciones, además de mantener un fuerte vínculo con las comunidades rurales en las que laboró.

Uno de los pasajes más recordados de su trayectoria fue cuando, como maestro en la sierra, encabezó un proyecto para recuperar manantiales de agua que habían sido embargados por particulares, acción que lo llevó incluso a recibir amenazas de muerte, pero también a ganarse el respeto y el cariño de la población.

A lo largo de su carrera, Pilo Loya ocupó múltiples cargos sindicales y educativos: director de escuelas en situaciones de conflicto, jefe de Servicios Culturales por 15 años, jefe de Servicios Financieros y de Servicios Regionales en Servicios Educativos del Estado de Chihuahua, impulsor de ferias del libro, museos escolares y proyectos culturales que marcaron generaciones. Entre sus aportaciones más recordadas está la transformación de los concursos académicos, de modelos elitistas a experiencias colectivas y colaborativas.

De igual forma, se destacó su cruzada cultural para sustituir el Halloween por la celebración del Día de Muertos en las escuelas, fomentando la valoración de las tradiciones mexicanas mediante altares, concursos y recorridos que perduran hasta la actualidad.

La maestra Lupita Galindo expresó que el nombre del maestro Porfirio Loya en la Rotonda representa también a miles de docentes que, como él, entregaron su vida a la enseñanza. “La grandeza de su espíritu ha trascendido, dejando huella indeleble en muchas generaciones y colegas. Por siempre, nuestra memoria y corazón tendrán presente al maestro Pilo”, concluyó.